Lo peor del abuso infantil es que suele suceder cuando menos te lo esperas, de quien menos te lo esperas. Tanto es así, que a menudo los que lo llevan a cabo son los mismos familiares del niño o niña víctima. En este caso no hablamos de un familiar, sino de un religioso y portador de la palabra de Dios, en lo que es un acto imposible de comprender.
Hablamos de Joao da Silva, un pastor evangélico brasileño que abusó sexualmente de por lo menos una niña de 5 años (porque podría haberlo hecho con más niños y niñas), que fue descubierto gracias a que la pequeña empezó a hacer dibujos mostrando su terrible experiencia.
Sucedió en Brasil, en la ciudad de Montes Claros, donde la niña de 5 años empezó a poner pegas cuando debía ir a las clases de inglés que impartía el Padre Joao da Silva, de 54 años.
Seis dibujos que les sacaron de dudas
Al parecer, según explican en el DailyMail, la situación llegó a estar tan tensa, fue tal su negativa, que valoraron la posibilidad de llevarla a un psicólogo infantil para que los guiara un poco, porque la niña nunca se había comportado de ese modo. El psicólogo sospechó que pudiera tener algún problema en el colegio, o en dichas clases, e instó a los padres a buscar en las cosas de la niña por si encontraban alguna pista o signo que les diera más información.
La sorpresa que se llevaron fue mayúscula cuando, de entre sus cuadernos y libros, aparecieron seis dibujos que les destrozó el corazón**. Seis dibujos en los que se veía claramente dos figuras, una tumbada boca arriba, con cara de sufrimiento, y una más grande de pie, con otro gesto.
Ante la sospecha, el padre llamó enfadado al clérigo para pedirle explicaciones de por qué la niña no quería ir a sus clases y de a qué se debían esos dibujos. El pastor confesó entonces los hechos y ahora es la policía la que ha abierto una investigación para determinar los daños y la pena o castigo que debe cumplir.
Siete pasos para evitar el abuso infantil
Según los estudios, aproximadamente el 20% de las víctimas de abuso sexual infantil son menores de 8 años y la mayoría nunca informan del abuso. Así que en gran parte es responsabilidad nuestra el enterarnos de ello y prevenirlo si es posible, o detectarlo cuanto antes. No siempre será posible, porque en este caso los padres tuvieron la suerte de que la niña lo había dibujado, pero vale la pena saber cómo podemos pensar en ello siguiendo estas siete pautas:
- Conozca los hechos: los padres somos los responsables de nuestros hijos y somos los que debemos estar en alerta para evitar que pueda darse una situación de abuso. Una tercera parte de las víctimas son abusados por miembros de su familia y esto significa que el riesgo principal proviene de las personas más cercanas. Los abusadores suelen tratar de establecer una relación de confianza con los padres de las víctimas y debemos tener en cuenta que cualquiera puede serlo.
- Reduzca los riesgos: el abuso infantil ocurre cuando un adulto está a solas con el niño. Debemos tratar de conocer a la persona con quien se queda e intentar que puedan ser observados por otras personas. Internet es una gran puerta de entrada para los abusadores, debemos supervisar el uso que puedan hacer nuestros hijos de la red.
- Hable sobre el tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores manipulan y confunden a los niños para que crean que la culpa es de ellos o que lo que están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso amenazarle con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños sobre el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine la barrera del silencio.
- Manténgase alerta: debemos valorar con detenimiento las señales físicas como irritación, inflamación o sarpullido en los genitales, infecciones de vías urinarias, etc. y otros problemas como dolor abdominal o de cabeza fruto de la ansiedad. De manera más habitual surgen problemas emocionales o del comportamiento tales como retraimiento o depresión, exceso de autoexigencia, rabia y rebeldía inexplicables, etc. Un comportamiento y lenguaje abiertamente sexual y atípico para la edad pueden ser también signos de alarma.
- Infórmese, sepa reaccionar: responder ante la verdad expresando incredulidad o rabia y enfado puede hacer que el niño intente justificar la acción, que cambie la versión o que evite preguntas y diálogos que vuelvan sobre el tema.
- Actúe cuando tenga sospechas: las sospechas dan miedo, pero pueden ser la única oportunidad de un menor de salvarse (o de varios menores, los abusadores tienen varias víctimas). Si no nos atrevemos a denunciar podemos contactar con los servicios sociales, con los servicios de protección al menor, con el centro de salud, etc.
- Involúcrese: podemos luchar contra el abuso, por ejemplo, apoyando leyes y organizaciones que luchen contra el abuso sexual a los menores.
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