Aunque la noche de San Juan, la que nos recuerda que ha llegado el verano, es bonita y especial para muchos, no es así para todos. Hay niños y adolescentes (y también adultos) con autismo o con hipersensibilidad sensorial que lo pasan realmente mal con los petardos y los fuegos artificiales típicos de este día del año.
Recordemos que una de las características habituales de las personas con autismo es la hipersensibilidad sensorial; esto significa que tienen el umbral de la sensibilidad a ciertos estímulos mucho más bajo. Por lo tanto, estímulos sonoros (ruidos, sonidos...) pero también visuales (por ejemplo, las luces) o táctiles (prendas de ropa hecha con determinados materiales), les molestan.
Así, estas personas perciben los sonidos como mucho más sonoros de lo que realmente son, y esto les puede molestar, irritar e incluso, hacer daño. ¿Cómo podemos ayudar a los niños que lo sufren?
Cómo ayudar a estos niños durante la noche de San Juan
Los niños con hipersensibilidad sensorial o autismo se ponen muy nerviosos ante el ruido (en casos extremos, incluso, les genera dolor), por lo que, nunca debemos infravalorar cómo se sienten o cómo les afecta.
Como no podemos borrar los petardos de esta noche del año (y aunque es necesaria más concienciación a nivel social sobre este tema), os ofrecemos algunas ideas que pueden ayudaros como padres.
1. No forzar nada
Es una noche complicada para estos niños, por lo que, es primordial decidir en familia si salir o no, y si exponerse más o menos a las zonas donde haya más ruido y fiesta. Es algo que deberemos consensuar entre todos y dialogar. Eso sí, no deberemos insistir ni forzar a los niños a participar si no lo desean.
2. Anticipar
En caso de que decidamos salir (o aunque no salgamos pero oigamos también los petardos), será importante que hayamos explicado bien al niño qué se va a encontrar (la anticipación en el autismo es fundamental) y que podamos exponerle antes al ruido de los petardos para que se habitúe poco a poco (por ejemplo, a través de vídeos).
Aunque esto segundo, idealmente se deberá hacer semanas antes de este día, y con ayuda terapéutica, para que la técnica de desensibilización surja efecto. Pero si no podemos hacerlo, se lo explicaremos con palabras y utilizaremos igualmente algún vídeo (con el sonido bajo).
3. Usar cascos especiales para amortiguar el ruido
Podéis proporcionarle al niño cascos o auriculares con función de cancelación de ruido para esa noche, ya sea para estar en casa o para salir. Sobre todo, que sean cómodos para él. Estos cascos amortiguarán el impacto del ruido de los petardos. También se pueden usar tapones.
4. La música como aliada
La música es otra opción que suele funcionar muy bien, sobre todo en aquellos niños a los que la música les gusta. Podéis poner música tranquila en casa (o que los niños la escuchen a través de los auriculares). La música les ayudará a distraerse de los ruidos, a reducir su impacto y a relajarse.
5. Ofrecerles recursos si se muestran muy nerviosos
Es fundamental que los niños tengan recursos de autorregulación emocional para que puedan usarlos en caso de necesitarlo. En este caso, hay algunas estrategias que les pueden ayudar a gestionar los nervios que les genera escuchar los petardos:
- Pelotas o juguetes antiestrés.
- Algún objeto transaccional que le haga sentirse tranquilo (oso de peluche, mantita...).
- Respiraciones profundas.
- Contar hasta 10.
- Avisar a los papás y cambiar de lugar.
- El calor y el amor de los papás (abrazos, besos...).
6. Actividades distractoras
Finalmente, buscar actividades distractoras o alternativas para hacer en familia esta noche es también una opción: por ejemplo, hacer alguna manualidad juntos, una cena especial, noche de películas...
Es un día complicado para ellos, y que centren la atención en otras actividades diferentes a los petardos, les puede beneficiar (además, les permitirá relajar su sistema nervioso autónomo).
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