Aunque evidentemente influyen muchos otros factores en la crianza de los hijos, establecer una estrecha relación con el niño a través de juego es un importante ingrediente.
Al menos media hora de juego cada día es la fórmula para construir una relación cercana y fuerte con el niño. Así lo asegura el psicólogo Lawrence J. Cohen, autor del best-seller ‘Playful parenting’ quien considera que el juego es un puente de entendimiento mutuo.
Para nosotros, los adultos, el juego es el descanso del trabajo, mientras que para los niños el juego es “su trabajo". A través del juego aprenden, exploran el mundo, expresan sus emociones, se sociabilizan y aprenden a manejar las situaciones difíciles.
Jugando con ellos les acompañamos en ese proceso de descubrimiento del mundo y de ellos mismos. Es además una excelente manera de acercase a los hijos, de comprenderlos, de ponerse a su misma altura para aprender a entenderlos mejor. En definitiva, el juego es la mejor forma de conectar con ellos además de brindarles y recibir su cariño.
Diversos estudios han demostrado que las familias que han hecho del juego una base de unión con los hijos en la infancia han tenido menos problemas en la adolescencia.
Por eso, la próxima vez que vuelvas del trabajo y estés muy cansado para jugar al menos media hora con tu hijo piensa en lo enormemente beneficioso que es para ambos.
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