Ya sea cuando vas a trabajar o cuando llevas a tus hijos al colegio seguro que alguien se ha cruzado en tu camino sobre un patinete eléctrico. Es la última moda, de hecho estas fiestas han sido el regalo estrella en muchos hogares. Sus motivos básicamente se resumen a que es un medio de transporte más ecológico que el transporte público o el coche. Según informan algunas webs especializadas, su batería está lista en 6 o 7 horas y dispone de una autonomía de entre 20 y 40 km. dependiendo del modelo del patinete y las condiciones del terreno.
Hasta aquí todo parecen ventajas, ¿no? El caso es que la regulación de su uso está tomando cada vez más protagonismo y más desde que el pasado fin de semana muriera un niño de cinco años en Badajoz montado sobre un patinete con asiento. Al parecer el menor irrumpió en la calzada y no dio tiempo a que el autobús que pasaba en ese momento frenara, atropellando al pequeño. Para evitar desgracias de este tipo hemos decidido elaborar una guía del buen uso de los patinetes eléctricos por parte de niños recogiendo los distintos tipos, las recomendaciones y las regulaciones actuales.
¿Para qué sirve un patinete eléctrico?
Su objetivo es poder realizar desplazamientos de forma rápida y cómoda evitando atascos. Hay otros medios similares, como pueden ser las bicicletas pero aquí ganaría el patín por su reducido tamaño, salvo los modernos modelos plegables de bicicletas claro.
El consumo es muy barato y más si lo comparamos con otros medios como la moto o el coche. Tampoco hay que olvidar que además de la parte de ahorro en tiempo y dinero muchas personas simplemente lo usan como mero objeto de ocio.
Tipos de patinete eléctrico
Actualmente en el mercado podemos encontrar distintos tipos como, por ejemplo:
1. Patinete eléctrico convencional: suelen están compuestos por 2 ruedas (algunos 3) en línea, una delante y otra detrás en cada extremo del mismo. Cuenta con un manillar que sirve para dirigir su orientación. Es uno de los más populares y lo habrás visto en adultos y niños.
2. Patinetes eléctricos autobalanceados: aquí habría que distinguir dos tipos:
Hoverboard: seguro que ya has visto cientos de estos por tu ciudad. Básicamente cuentan con dos ruedas a cada lado y funcionan balanceando nuestro cuerpo hacia la dirección a la cual nos queremos mover. Este es el favorito de los niños. Algunos ya traen incorporadas luces led y hasta altavoces.
Monociclo eléctrico: muy similar al anterior, pero con la diferencia de que aquí solo tenemos una rueda. Los pies se colocan a ambos lados de esta.
3. Skate eléctrico: ¿recordáis el monopatín típico de nuestra infancia? Pues viene a ser lo mismo, pero con un motor eléctrico. Funciona igualmente mediante el sistema de balanceado y para acelerar o frenar lo haremos con un mando que funciona por control remoto. Fácil, ¿no?
4. Patinete eléctrico con sillín: es la última moda y viene a ser una adaptación más cómoda del resto de patinetes donde contamos con un asiento.
5. Segway: fue el primer dispositivo de transporte con autobalanceo. Se compone de una plataforma para que podamos ir de pie, un manillar y una rueda a cada lado. Es menos común para uso personal ya que ocupa más espacio y no es plegable pero sin embargo algunos cuerpos de seguridad como la Policía Local lo han incorporado como medio de transporte, especialmente en zonas de playa.
¿Qué dice la legislación?
En 2016, La Dirección General de Tráfico (DGT) publicó una instrucción para intentar ordenar la circulación de vehículos de movilidad personal (patinetes eléctricos, segway, sillas con motor eléctrico para personas con movilidad reducida, entre otros), donde existía un vacío legal. En ella especifican que son vehículos que se mueven por cualquier espacio, sin ningún código de circulación, indicando que estos dispositivos podrán «ubicarse físicamente sobre la calzada, siempre que se trate de vías expresamente autorizadas por la autoridad local» y no circular por las aceras. Aunque al final, serán los ayuntamientos, los que tengan que regular sus ordenanzas para saber por dónde deben circular.
Los patinetes eléctricos están catalogados como "Vehículos de Movilidad Personal de tipo A" y ciudades como Barcelona ya incluyen una ordenanza municipal donde prohíben a los menores de 16 años el uso de ese vehículo que es capaz de alcanzar los 20 kilómetros por hora.
Pero no es el único caso. Sevilla por ejemplo cuenta con una ordenación mínima recogida en un párrafo de la Ordenanza de Circulación. En ella se indica que estos vehículos deben ser "autorizados" por la Dirección General de Movilidad del Ayuntamiento para poder circular siendo considerados como ciclos, es decir, como una bicicleta. Existe un formulario tipo en el que los propietarios se identifican y deben especificar las características de su vehículo. Pero, como no se ha regulado en el ámbito estatal, no hay obligación de matricularlos, ni de contratar seguro (es opcional), no se exige edad mínima al conductor o conocimientos mínimos de circulación, pese a que usan un vehículo con motor.
Otras ciudades que están trabajando en regular el uso de patinetes eléctricos, y más concretamente en niños, son Vitoria, Madrid, Valencia o Badajoz, lugar del trágico suceso que encabeza este post.
Recomendaciones de uso
Mientras que las ordenanzas se aprueban y la legislación queda clara el uso de patinetes eléctricos debe hacerse bajo la responsabilidad de nosotros, los padres. Por ese motivo conviene tener claras unas recomendaciones para evitar sustos a bordo de estos medios:
Edad recomendada: según las Academia Americana de Pediatría (AAP) los niños menores de 10 años no deberían utilizar monopatines, mientras que los de menos de 8 años no tendrían que usar patinetes, a no ser que estén vigilados por un adulto. Pero, ¿qué dicen los fabricantes al respecto? Para patinetes de más de 500W es de 12 años, pero la mayoría suelen bajar el rango hasta los 8. En los últimos años se ha convertido en un regalo estrella y cada vez son más los niños que lo utilizan por debajo de ese rango de edad.
Posibles lesiones: es vital la supervisión de un adulto, básicamente para evitar lesiones o incidentes de mayor gravedad. Estamos hablando de niños muy pequeños que a menudo calculan mal sus habilidades y su fuerza y pueden perder el control en zonas con tráfico. Las zonas más afectadas ante las caídas de este tipo de artilugios son las rodillas, muñecas y rostro y suponen el 38% de los casos. Solo el 5% sufre heridas graves (contusiones o lesiones internas), mientras que las lesiones moderadas (fracturas o dislocaciones de huesos largos) suponen el 31% según datos de la AAP.
Conocer el ABEC: se trata de un índice que se aplica a los rodamientos. Cuanto más elevado sea el número de ABEC, mejor velocidad de rotación. De este modo, para un niño que va a empezar a iniciarse en los patinetes eléctricos es mejor elegir unos rodamientos de tipo ABEC 1, que son menos fluidos y le ayudan a mantener el equilibrio evitando así posibles caídas.
Mantenimiento: es importante cuidar bien el aparato en sí para evitar que sufra desperfectos y pueda sufrir fallos durante su uso.
Carga la batería completamente: si queremos conservarla el máximo de tiempo posible es conveniente cargarla completamente para poder utilizarlo sin problemas.
Nada de agua: sabemos que los niños son niños y les encantará pasar por charcos con ellos, pero debemos advertirles que, aunque la mayoría de patinetes son resistentes al agua, las baterías no y podría sufrir daños y fallar en pleno uso.
Aplicaciones para enseñar a tus hijos: algunos fabricantes han desarrollado aplicaciones móviles donde explican el uso de sus aparatos, recomendaciones y cuidado. Es conveniente que tu hijo los vea y aprenda lo que debe y no hacer con ellos para poder evitar posibles problemas.
Protección: es vital que los menores siempre disfruten de estos patinetes con casco, rodilleras, coderas y cualquier otro elemento que pueda prevenir cualquier fractura en caso de caída.
Velocidad: nunca debería exceder de 20 km./hora por eso lo recomendable para evitar tentaciones es que los aparatos que controlen los menores no puedan pasar de esa velocidad.
Normas de circulación: antes de que tu hijo utilice su patinete infórmate de la legislación de tu ciudad para saber dónde y cómo puede usarlo. En algunas ciudades solo está permitido en el carril bici para evitar accidentes con peatones. Otra opción es acudir a zonas amplias como parques, explanadas sin circulación donde el riesgo sea el menor posible.
Comprobar el montaje: recuerda además que antes de un primer uso debes comprobar que el aparato cuente con el marcado CE como garantía de calidad y seguridad. Además, revisa la sujeción de las ruedas y que no exista nada que pueda cortar en caso de caída.
Por supuesto que nuestros hijos pueden disfrutar de un patinete eléctrico, pero siempre teniendo en cuenta que estamos ante un artilugio que necesita mantener unas normas de seguridad, mantenimiento y supervisión para evitar accidentes. Así que para evitar sustos sobre todo hay que tener en cuenta la edad recomendada y no dejar que los menores lo usen sin protecciones.
¿Tu hijo tiene uno de ellos? ¿Qué edad tiene? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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