Mucho antes de que pueda emitir sus primeras sílabas, sus primeras palabras, el bebé tiene otras maneras de comunicarse, aunque no siempre nos sea sencillo descifrarlas. El llanto es una de los primeros modos de comunicación de los pequeños, y a menudo es sinónimo de hambre. Pero, cuando un bebé llora porque está hambriento ya es un signo tardío y, aunque nos hayan pasado desapercibidas, existen otras señales, menos evidentes pero bastante claras, que indican que ha llegado la hora de comer para el bebé.
Porque si nos esperamos al llanto, todo se complica un poco más. El infante está mucho más agitado y comerá (al menos al principio) más nervioso, tragando más aire (posibles gases o dolores después) y todo ello sin contar el estrés que para la madre supone también el llanto del bebé. Por ello, si notamos ciertas señales en el pequeño, podemos probar a ponerlo al pecho y comprobaremos como, sin llegar a llorar, el bebé ve satisfecha su necesidad. Estos son cinco signos distintos al llanto que te indican que el bebé tiene hambre.
Es importante entender bien los mensajes del bebé, ya que en las primeras etapas de la lactancia es necesaria una buena sintonía entre madre y bebé para que se regularice la producción de leche y no hay mejor manera que dar el pecho a demanda. Ofrecer el pecho a menudo y no esperar a que el bebé llore, estar atentos a las señales de apetito que nos manda el pequeño, tenerlo cerca para poder advertirlas... es fundamental para evitar problemas o preocupaciones.
De hecho, otro de los problemas derivados de que el bebé empiece a mamar llorando es que coja y suelte el pecho varias veces, lo cual puede favorecer la aparición de dolor y grietas en el pezón cuando se está instaurando la lactancia. Un bebé tranquilo hará la toma mejor, por lo que no hemos de alargar el tiempo entre una toma y otra, ni establecer horarios o mirar el reloj.
Cinco señales de que el bebé tiene hambre
Gira la cabeza hacia un lado buscando el pecho
Una de las primeras señales de que el bebé tiene hambre es que gira la cabeza hacia un lado buscando el pecho. Está en su cunita, en el cochecito o en brazos y gira la cabecita como si su boca buscara el pecho para alimentarse, normalmente para un lado, pero también podría ser para ambos. El reflejo de succión se ve claramente en este movimiento.
Saca o chasquea la lengua
Antes de llorar, el bebé que tiene hambre también saca la lengua o chasquea la lengua. Estos ruiditos producidos por la boca del pequeño se apreciarán mucho antes si dormimos en la misma habitación con el bebé, pues de otro modo pasarían inadvertidos. Se trata de unos movimientos relacionados con el reflejo de succión.
Empieza a succionar
El bebé empieza a succionar con fuerza sin nada en la boca, el chupete, o empieza a chuparse el dedo, a llevarse el puñito (o las dos manos) a la cara o a la boca... Así manifiesta su necesidad de succión nutritiva.
Se muestra inquieto
Se mueve y se agita más de lo normal, incluso dormido. De hecho, esta suele ser una de las primeras señales de que el bebé tiene hambre durante la noche, cuando lo vemos inquieto en su cunita o cama. Si la inquietud no cesa al alimentarlo, hay que buscar otra causa, como que haya que cambiarle el pañal, que tenga algún dolor, que tenga calor o frío...
Emite gorjeos, murmullos o sonidos guturales
El bebé emite gorjeos, murmullos o sonidos guturales de forma intermitente. Lo suelen hacer a menudo mientras duermen. No sabemos si soñarán mucho, pero sí está comprobado que estos sonidos durante el sueño pueden deberse al hambre. De nuevo, si estamos junto al bebé seremos capaces de recibir esta señal de una manera inmediata y no llegará al llanto.
Seguro que os suena alguna o algunas de estas señales. Recuerdo con mi primera hija esos sonidos por la noche y aunque al principio intentaba calmarla dándole el chupete, pronto descubrí que lo que quería era el pecho, porque el chupete dejaba de ser efectivo inmediatamente para esa inquietud, por el sencillo hecho de que lo que tenía era hambre. Mi segunda hija era más propensa a chuparse el dedo con avidez (y el chupete no lo admitía), despertándonos por la noche también por los sonidos que producía y por suerte no llegando al llanto. Durante el día, es más fácil advertir estos signos.
Por eso, a menudo el bebé llora más durante la noche que durante el día, y hemos de preguntarnos si no será porque a lo largo de la jornada estamos más pendiente de él que cuando dormimos, como es lógico y a pesar de la habitual ligereza del sueño de las mamás (y los papás) recientes.
De nuevo, volvemos a la recomendación de dormir junto al bebé en la misma habitación, una práctica que además hace que el bebé tenga un sueño más tranquilo y reparador. Así mismo, no olvidemos las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría acerca de dormir en la misma habitación, lo cual también protegería al bebé del síndrome de muerte súbita del lactante:
La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL en más del 50%.
Finalmente, recordemos, si el bebé está llorando, puede que sea por hambre, puede que por otro motivo, hay que intentar calmarlo de todos los modos posibles para evitar males mayores y atenderlo adecuadamente. Y si estamos atentos a estos cinco signos distintos al llanto que nos indican que el bebé tiene hambre, nos ahorraremos más de unos nervios y prisas.
Fotos | iStock
En Bebés y más | El llanto del bebé es un grito pidiendo ayuda (y su futuro dependerá de nuestra reacción), El recién nacido está inquieto: puede que tenga hambre