La lactancia materna es el mejor alimento que podemos ofrecerle al bebé durante sus primeros seis meses de vida, y es que sus beneficios son tantos, que también las madres reciben cosas positivas para su salud, tanto a corto como a largo plazo.
Pero además de favorecer el desarrollo del bebé, la leche materna puede salvar vidas: de acuerdo con un estudio reciente, la lactancia reduce el riesgo de mortalidad infantil durante el primer año de vida en un 33%.
Publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine, la investigación realizada con datos de casi 10 millones de bebés nacidos entre 2016 y 2018 buscaba demostrar si el inicio de la lactancia materna estaba asociado con la muerte infantil posperinatal.
Tomando en cuenta factores como la edad materna, la educación, la raza y el etnicidad, ubicación geográfica, y el inicio de la lactancia (que se registra en los certificados de nacimiento de todos los estados desde 2016), se realizó un análisis para encontrar esta relación.
De acuerdo con los resultados, los bebés amamantados tenían un 33% menos de probabilidades de morir durante el período posperinatal (que tiene lugar desde los 7 hasta los 364 días de vida), en comparación con los bebés que no habían sido amamantados. La cifra variaba de región en región, encontrando que en algunos estados el porcentaje ascendía hasta un 44%.
“Aunque existe una variación regional y estatal en la magnitud de la asociación entre la lactancia materna y la mortalidad infantil, hubo una notable consistencia de reducción del riesgo. Junto con la literatura existente, nuestros datos sugieren que la promoción y el apoyo a la lactancia materna pueden ser una estrategia eficaz para ayudar a reducir la mortalidad infantil en los EE. UU.", explican los autores del estudio.
Recordemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva durante seis meses, y al menos hasta los dos años complementada con otros alimentos.
Foto de portada | Mother of Wilde en Unsplash