Hace unos días comentábamos algunos de los datos con los que ha estado trabajando el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla para su programa relacionado con la lactancia, en concreto los que decían que el 40% de las mujeres creía que había claras diferencias entre la leche de una madre y otra.
Otro de los datos que considero relevantes, por mostrar cuán importante puede llegar a ser que una madre llegue al parto bien informada para iniciar la lactancia, con respuestas a múltiples preguntas que le puedan ir surgiendo, es el que muestra que el 93% de las mujeres que deja la lactancia declara que de ser por ellas no lo habrían dejado.
Evidentemente, no son sólo ellas las que tienen que estar informadas, porque los primeros que deberíamos tener la formación adecuada para dar los consejos adecuados a las madres somos los profesionales de la salud. Viendo que esto parece que va para largo y dado que el saber no ocupa lugar y que el objetivo final es que cada persona tenga la mayor autonomía posible en términos de su propia salud, las madres deberían responsabilizarse más de su propia preparación ante la lactancia (no es un reproche, es un consejo).
Comento esto porque la mayoría de las mujeres que dejaron el pecho y se pasaron a la leche artificial lo hicieron porque empezaban a trabajar, porque creían que tenían leche insuficiente o porque alguien les había recetado un medicamento tratado como incompatible, sin serlo realmente.
Dejar la lactancia para ir a trabajar
Sobre dejar el pecho en el momento de trabajar no hay que entrar demasiado, porque es una elección personal. Se puede seguir dando el pecho aún cuando se está trabajando, porque amamantar no es todo o nada. Las horas en que mamá no está se le puede dar al bebé leche extraída o algo de fruta o cereales (y si no quiere comer, pues leche artificial), y cuando la madre vuelve a casa, puede amamantar a su bebé tanto como quiera, siendo para su hijo o hija un buen momento de reconciliación por todas las horas que su madre no ha estado (muchas madres lo relatan así: “no me soltó en toda la tarde”).
Dicho de otro modo, quitarle a un niño el pecho cuando una madre empieza a trabajar es poco recomendable, porque el niño sufre dos pérdidas, la de su madre que desaparece unas cuantas horas y la de aquellos momentos que su madre compartía con él, cuando él mamaba de su pecho.
Madres que tienen leche insuficiente
Con respecto a aquellas madres que creen que tienen leche insuficiente no voy a comentar demasiado, porque ya hemos hablado de ello extensamente hace no demasiado tiempo. Digamos que, a modo de resumen, si no hay patología ni alteración hormonal en la madre, lo más normal es que una madre tenga leche suficiente para amamantar a su bebé (y a alguno más si hiciera falta).
Otra cosa es que una madre no sepa que los bebés deben mamar a demanda, siendo a demanda a veces cada 3 ó 4 horas y a veces cada media hora. Si una madre no sabe esto, seguro que pensará que tiene poca leche cuando vea a su hijo mamar 3 veces en 2 horas.
Medicamentos incompatibles con la lactancia
Sobre este tema también creo que podría ser interesante que leyerais la entrevista que le hicimos al Dr. José María Paricio, responsable de la página web e-lactancia.org, en la que puede verse la compatibilidad de los diferentes medicamentos con la lactancia. Como él explicó y como muchos ya sabemos, casi pueden contarse con los dedos de las manos los fármacos que una madre no puede tomar por estar dando el pecho.
Concluyendo
“El 93% de las madres que han dejado de dar el pecho preferiría no haberlo dejado” son muchas madres. Desde Bebés y más seguiremos tratando de ofrecer información relativa a la lactancia para que las mujeres embarazadas cojan a su bebé por primera vez en el paritorio con varios conceptos en su cabeza. Si no llega como una experta, ningún problema, pero que al menos sepa dónde puede acudir en caso de duda (y no me refiero en exclusiva a Bebés y más, sino también a los grupos de lactancia, a profesionales formados, etc.).
Vía | Noticias médicas
Foto | pfly en Flickr
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