Ingrediente de combustible de cohetes en la leche para bebés

Recientes investigaciones señalan un hecho del que aún se desconocen las proporciones pero que me parece, incluso si es a nivel local, enormemente serio. En EEUU se ha detectado en la leche para bebés un producto tóxico llamado perclorato, que es ingrediente del combustible para cohetes.

Este tóxico interfiere en las funciones tiroideas, y por tanto, su efecto puede ser muy serio. Un problema en la tiroides puede afectar al desarrollo del feto y sus funciones cerebrales y además regula nuestro metabolismo.

Investigando precisamente las posibles causas de los problemas de tiroides hicieron este hallazgo. En sus análisis encontraron leche para bebés con índices que se consideran demasiado altos incluso para los adultos. Lo serio es que el número de botes analizados era pequeño y proveniente de una sola ciudad por lo que no se ha determinado el alcance de la contaminación.

Aunque hasta ahora no se ha informado de algún problema de salud derivado directamente del consumo de leche contaminada con perclorato, el caso ha causado considerable alerta. No se sabe cuantos bebés pueden verse afectados o si la contaminación tendrá efectos contrastables en su salud inmediata.

El año pasado se hallaron rastros de la substancia en el agua potable de al menos 35 estados y se trabaja en un proyecto de ley que limita la cantidad de perclorato en el agua. En este caso se desconoce la fuente directa de la contaminación de la leche.

Vivimos en un mundo contaminado, a veces sin control y sin conocimientos sobre las consecuencias de estos tóxicos y de sus efectos cruzados entre ellos. Nada está a salvo, pero cuando hablamos de bebés los controles deberían ser tan exhaustivos y continuados que cosas como estas no tendrían que suceder jamás.

En realidad los sucedáneos de la leche materna cumplen requisitos sanitarios que considero demasiado leves, tanto en lo que se refiere a las pruebas sobre su efecto a largo plazo como en las posibles contaminaciones que, aunque sea muy de tarde en tarde, se producen.

En la leche materna se suelen encontrar productos nocivos que pasan a través del cuerpo de la madre., aunque hasta ahora se ha considerado que los niveles encontrados no reducen el efecto protector de la leche humana viva.

Sin embargo, en el caso de bebés que son alimentados con fórmula el caso es más serio, los tóxicos pasan directamente a ellos, pueden tener orígenes inciertos y los estos bebés carecen de los elementos de protección que brinda la lactancia materna.

Los controles en los sucedáneos de leche materna deberían ser más estrictos y asemejarse más a los que se exigen para los medicamentos que los que se hacen en productos alimenticios para adultos. Hay que contar que los bebés que toman fórmula no toman otro alimento durante muchos meses y son los más importantes para su salud futura, por eso ninguna precaución es poca.

Que aparezca este producto proveniente del combustible de cohetes en los alimentos que se dan a los lactantes es algo que no debería suceder. Y me hace preguntarme ¿que otras desagradables sorpresas nos esperan?

Via | thedailygreen.com Más información | Centres for Disease Control and Prevention En Bebés y más | La leche "infantil" envenenada en China ya ha matado a dos bebés

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