Cada año, por la semana mundial de la Lactancia Materna, se hace un poco de repaso de la situación, para ver si las estrategias de información y normalización de la lactancia tienen incidencia en las cifras, a pesar de que las políticas familiares no acaben de evolucionar para que las recomendaciones de la OMS sean posibles.
Hablo de esa recomendación que dice que lo ideal para la nutrición y la salud de los bebés es que sean amamantados a demanda y de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. ¿Lo hacen la mayoría de niños? Para nada. Ni siquiera uno de cada tres bebés lo hace. Por eso las tasas de lactancia materna en España aún tienen que mejorar mucho.
Aún lejos de cumplir las recomendaciones
Según explica El Diario, y con datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el porcentaje de mujeres que amamantan a sus bebés a las seis semanas de vida es del 72%. A los tres meses de vida de los bebés, el porcentaje es del 66%, y a los seis meses de vida, el 47%.
Parece una cifra nada desdeñable, pero debemos tener en cuenta que ni siquiera se llega a la mitad, y que estas cifras son de bebés que reciben leche materna, pero no de bebés amamantados exclusivamente. Si nos centramos en este criterio, que es el de la recomendación oficial de los máximos organismos internacionales en términos de salud, el porcentaje de bebés amamantados hasta los 6 meses, de manera exclusiva, es de solo un 28,5%.
¿Es culpa de los profesionales?
Los profesionales sanitarios hacemos una gran labor a la hora de fomentar la lactancia materna, informando de los beneficios que conlleva el que una mujer amamante a su bebé por encima de ofrecer leche de fórmula, no solo para su hijo/a, sino también para ella.
Teniendo en cuenta que en la generación anterior la norma era dar biberón, y que en España lo es también a partir de los 4-6 meses, sigue siendo necesario hacer llegar a las mujeres información fidedigna y veraz, sin prejuicios, para que hagan lo que crean más conveniente (porque, obviamente, la decisión final la tiene cada mujer).
Ahora bien, de igual modo que los profesionales somos capaces de decir que "la lactancia materna es lo mejor", porque tiene defensas, se adapta al crecimiento del bebé, no hay comparación posible a nivel nutricional, reduce el riesgo de cáncer en la madre y un largo etcétera, hay muy pocos que sean capaces de ayudar a las mujeres que han decidido dar el pecho, pero tienen problemas.
Teniendo en cuenta que amamantar es algo que se aprende y se enseña, y que las abuelas de hoy en día apenas amamantaron, y no pueden enseñarlo, las mujeres no tienen en casa a quien les ayude con sus dudas o problemas.
Entonces dependen de los teóricos expertos, los profesionales sanitarios, y aquí se encuentran con un problema importante. Las matronas están bastante desbordadas de trabajo (o dicho de otro modo: faltan muchas matronas en España), y aún así muchas no tienen los conocimientos suficientes, las enfermeras de familia rara vez saben de lactancia, por no hablar de los médicos de cabecera. Entonces quedan los pediatras, como médicos de los bebés, y salvo excepciones, muchos son poco capaces de echar una mano a las madres. Y el personal de enfermería, más o menos lo mismo.
Están muchos en un punto en el que o se forman por propia iniciativa, o hablan según lo que han ido aprendiendo con el tiempo, dando soluciones antiguas, a menudo contraproducentes, y transmitiendo mitos hace tiempo desterrados, que pueden llegar incluso a obtener como resultado el final de las lactancias.
Vamos, que menos mal que muchas madres han descubierto los grupos de apoyo a la lactancia y el papel de las IBCLC (o acuden a profesionales de la salud que saben que pueden ayudarles), porque si no, las cifras serían aún más bajas.
¿Es culpa del permiso de maternidad?
Por otro lado, no tiene ningún sentido que la OMS, UNICEF, la AEP e incluso el Ministerio de Sanidad recomienden amamantar a los bebés durante seis meses de manera exclusiva, y ofrezcan a las mujeres un permiso de maternidad de tan solo 16 semanas.
Que sí, que hay países que están peor, pero hay países que están mucho mejor, y al final es que da igual. A las 16 semanas el bebé aún tiene que ser amamantado a demanda y en exclusiva y mamá ya no está para hacerlo, así que la ecuación se complica irremediablemente.
La madre tiene que empezar a extraerse leche para cuando no esté; o tiene que decidir no hacerlo porque en el trabajo no tendrá tiempo para ello, y debe reducir tomas para que no le "exploten" los pechos al producir una leche que su bebé no podrá mamar, ni ella extraer; o quizás empiece con la alimentación complementaria antes de lo recomendable porque el bebé no quiere el biberón; o no pueda darle un biberón porque haya alguna alergia; o...
Sí, hay mujeres que vuelven a su trabajo remunerado y logran una lactancia exclusiva hasta los seis meses, pero hay muchas que no lo logran, o que lo ven tan complicado, que ni siquiera lo intentan.
Así que si queremos que nuestros bebés, nuestros hijos, el futuro de nuestro país, crezcan con el mejor nivel de salud posible, tendrá que cambiar la sociedad en diversos aspectos. Por un lado, informando sobre la lactancia, ayudando a normalizarla (porque de hecho, es lo normal, aunque a menudo no lo parece), y formando a los profesionales sanitarios para que puedan ayudar a todas aquellas mujeres que quieran amamantar y no puedan. Y por el otro, modificando las políticas sociales para proteger al bebé, su alimentación y su desarrollo durante más tiempo, con permisos más largos.
¿Y las mujeres que deciden no amamantar?
Las mujeres que no dan el pecho porque prefieren dar biberón son muy libres de hacerlo, así que las menciono porque sé que están en la cabeza de muchos, pero no es sobre ellas donde debe recaer la culpa de las bajas tasas de amamantamiento: primero porque es una decisión individual y totalmente respetable, y segundo porque, aun cuando decidieran amamantar, las tasas seguirían siendo bajas.
El problema es que son muchísimas las que querían dar el pecho más tiempo y no pudieron porque nadie las supo o pudo ayudar, y sobre este problema deben ir las estrategias y energías.
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