El calostro es la leche que toma en recién nacido los primeros días de vida. Sin embargo, su producción comienza ya en el embarazo. Por ello, es posible producir y extraerse calostro los días/semanas antes del parto. Pero, ¿es en realidad necesario extraerlo? ¿en qué casos estaría indicado?
¿Qué es el calostro?
El calostro es el primer alimento que recibe el recién nacido amamantado. Es el nombre que recibe la leche materna que secretamos durante los primeros 2-3 días de vida; posteriormente producimos leche de transición y, finalmente leche madura, que será la que perdure toda la lactancia.
El calostro es conocido también como "oro líquido", porque tiene una composición que lo hace muy especial, y es justo lo que necesita el recién nacido durante esos primeros días de vida. El calostro es de color amarillento, debido a su alto contenido en carotenoides. Es muy rico en inmunoglobulinas, lactoferrina, oligosacáridos y células defensivas, por lo que algunos dicen que el calostro es "la primera vacuna". Se secreta en cantidades muy pequeñas, entre 2-20 ml por toma, pero es suficiente para el bebé que acaba de nacer.
Aunque el calostro es la leche que secretan las mujeres durante los primeros días de vida, se produce ya en los últimos meses del embarazo; de hecho, algunas mujeres notan que su pecho gotea semanas antes del parto. Así, todas las mujeres, incluso aquellas que deciden no amamantar a sus bebés, tienen calostro.
¿En qué consiste la extracción prenatal de calostro?
Como hemos mencionado, el calostro se comienza a producir en las últimas etapas del embarazo. Así, podríamos extraernos calostro antes del parto y almacenarlo. En el caso de que el bebé, por distintas circunstancias, no pueda ser amamantado inicialmente, podrá ser alimentado con el calostro de su madre sin necesidad de recurrir a la leche artificial.
¿Qué mujeres pueden beneficiarse de extraerse calostro?
Aunque hay autores que recomiendan que todas las mujeres lo realicen, pues aporta beneficios a todas las mujeres (como autoconfianza y mejor preparación para la lactancia), existen unos grupos concretos que se benefician especialmente de ello.
- Mujeres con diabetes
Englobamos aquí tanto a las mujeres con diabetes previa al embarazo como a las que sufren diabetes gestacional (la que se desarrolla durante el embarazo).
En estos casos, la subida de la leche (la fase II de la lactogénesis) puede retrasarse. Además, la diabetes materna se asocia a bajos niveles de prolactina (la hormona más implicada en la lactancia materna) y a falta de suministro de leche. Por otro lado, las madres con diabetes tienen cesárea con mayor frecuencia y sus hijos tienen más frecuencia de sufrir determinadas complicaciones (prematuridad, distrés respiratorio... ) que puede provocar que madre e hijo estén separados las primeras horas o días de vida.
Además, los hijos de madres diabéticas tienen mayor riesgo de sufrir hipoglucemias. Por ello, es frecuente que estos bebés necesiten suplementos o leche artificial y la extracción prenatal de calostro puede ser una alternativa a ello. Por otro lado, favorecería el inicio de la lactancia materna, que es especialmente beneficiosa en estas madres, ya que disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres que han sufrido diabetes gestacional y disminuye la frecuencia de diabetes en la infancia.
La extracción prenatal de calostro en mujeres con diabetes ha sido ampliamente estudiada y es una práctica recomendada por numerosos autores.
- Mujeres con probabilidad de tener hipogalactia
La hipogalactia primaria o verdadera (incapacidad de la madre para producir leche suficiente para amamantar a su bebé en exclusiva) es, afortunadamente, rara.
Sin embargo, hay algunas situaciones en las que es probable que ocurra, por ejemplo en la hipoplasia mamaria. Las mujeres con hipoplasia mamaria tienen unos pechos con poca glándula mamaria; son pechos muy separados entre sí, con forma de gota ("tea drop" en inglés) o de tubo y con una areola que resulta grande en comparación a la mama. En estos casos, la hipogalactia es muy probable. Por ello, puede ser beneficioso que se extraigan calostro desde antes del embarazo. De esta manera estimularán más la producción de leche y, en caso de necesitarlos, el recién nacido podrá recibir suplementos de leche materna las primeras horas o días de vida.
Las mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico también pueden tener dificultades en la lactancia materna por lo que podrían beneficiarse de la extracción prenatal de calostro.
- Situaciones en las que sea probable que madre e hijo permanezcan separados las primeras horas de vida
Hasta hace poco años, y aún sucede en algunos hospitales, los bebés que nacían por cesárea eran separados de sus madres las primeras horas de vida, hasta que la madre se recuperase de la intervención. La tendencia actual es que ambos permanezcan juntos, pero si tenéis una cesárea programada en un centro hospitalario donde esto no sucede, la extracción prenatal de calostro puede evitar que se administre leche artificial a vuestro bebé.
- Bebés con crecimiento intrauterino retardado
Al igual que sucede con los hijos de madres diabéticas, los bebés con crecimiento intrauterino retardado son más propensos a desarrollar hipoglucemia tras el parto. Además, suelen perder bastante peso los primeros días. Por ello, la extracción prenatal de calostro podría evitar que se les administren suplementos de leche artificial las primeras horas o días de vida.
- Bebés con malformaciones congénitas
Estos recién nacidos también son separados con frecuencia de sus madres, pues pueden necesitar ingreso hospitalario. Además en algunos casos no pueden engancharse directamente al pecho en los momentos iniciales. Así, las madres a cuyos bebés se les ha diagnosticado una malformación ya intraútero, como fisura o labio palatino, por ejemplo, pueden extraerse calostro antes del parto y asegurarse así de que será su leche materna el primera alimento que reciban.
¿Cómo realizarse la extracción de calostro?
La extracción de calostro debe ser manual y con sólo una o dos veces al día es suficiente. No se recomienda empezar antes de las 36 o 37 semanas de edad gestacional. El calostro se produce en muy pequeñas cantidades, pero eso no debe preocuparnos. Las primeras veces es probable que apenas saquemos unas gotitas.
Antes de empezar es fundamental una buena higiene de manos. Masajearemos antes la mama y comenzaremos posteriormente con la extracción manual, colocando los dedos en forma de C a unos 2-3 cm de la base del pezón. Cuando el goteo cese, pasaremos al siguiente pecho. Podemos recoger el calostro en una cuchara o un pequeño recipiente y posteriormente pasarlo a una jeringa pequeña (recordemos que las cantidades que recogeremos cada vez son pequeñas, pero serán suficientes para nuestro recién nacido).
Es importante rotular cada jeringa (o podemos introducirla en una bolsa y rotularla) con la fecha de extracción y el nombre del bebé. Posteriormente la congelaremos. Para transportar la leche, en caso de que sea necesario, las llevaremos al hospital en una neverita con placas de hielo.
¿Cuáles son los riesgos?
La extracción prenatal de calostro libera oxitocina y hay quien puede pensar que eso podría desencadenar el parto. Sin embargo, la oxitocina se libera también en otras situaciones, como las relaciones sexuales o si se amamanta a otro bebé durante el embarazo; y ambas situaciones son perfectamente compatibles con un embarazo de curso normal.
Los últimos estudios indican que, en embarazos normales, la extracción prenatal de calostro es segura y beneficiosa. Es importante remarcar, sin embargo, que conviene que esté guiada por un profesional sanitario y que, en el caso de notar contracciones o dolor, dejemos de realizarla.
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