¿Tu hijo adolescente no te escucha? No es tu culpa: su cerebro está programado para conectar menos con tu voz. Lo dice la ciencia

A partir de los 13 años, el cerebro del adolescente comienza a conectar menos con la voz de su madre y más con voces desconocidas

Durante la infancia, el mundo del niño gira principalmente en torno a sus padres y cuidadores, quienes desempeñan un papel clave en su desarrollo social y cognitivo. Sin embargo, a medida que se adentra en la adolescencia, las figuras familiares comienzan a perder peso en beneficio de los amigos y otros objetivos sociales.

Ahora sabemos, según un reciente estudio publicado en la revista científica Journal of Neuroscience, que este proceso de independencia que lleva al adolescente a separarse de sus padres tiene una explicación neurobiológica:

La explicación biológica de por qué los adolescentes parecen no escuchar a sus padres

Por lo general, la adolescencia es una etapa que se caracteriza por una marcada independencia del adolescente con respecto a sus padres. No en vano, muchos progenitores se lamentan de que sus hijos adolescentes no les escuchan cuando les hablan.

Una investigación llevaba a cabo por la Escuela de Medicina de Stanford ha dado una explicación científica a este hecho, y es que el cerebro del adolescente no registra la voz de su madre de la misma forma que lo hacía durante la infancia. En cambio, encuentra mayor conexión cuando escucha voces desconocidas o no familiares.

Para llega a esta conclusión se han utilizado imágenes cerebrales funcionales de niños y adolescentes de entre siete y 16 años que estaban siendo criados por sus madres biológicas. Todos los participantes tenían un coeficiente intelectual de al menos 80 y no presentaban ningún trastorno neurológico, psiquiátrico o de aprendizaje.

Así, mientras que los niños más pequeños mostraron una mayor actividad neuronal en las regiones de procesamiento de recompensas cuando escuchaban la voz de su madre en comparación con voces desconocidas, entre los 13 y 14 años comienza a ocurrir justamente lo contrario.

En comparación con el cerebro del niño, el cerebro del adolescente se muestra más receptivo a todas las voces que escucha (incluida la de su madre), pero aumenta la actividad en el sistema de procesamiento de recompensas y en la corteza prefrontal ventromedial cuando escucha voces que no le son familiares.

"Así como un bebé sabe sintonizar la voz de su madre, un adolescente sabe sintonizar voces nuevas"
"La mente adolescente es cada vez más sensible y se ve atraída por voces desconocidas" - explica en este artículo Daniel Abrams , autor principal del estudio y profesor clínico asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento.

Las conclusiones de esta investigación se suman a las de otro estudio publicado en 2016 que mostraba la gran precisión con la que los niños pequeños identificaban las voces de sus madres, y cómo estas voces eran capaces de activar diferentes áreas de sus cerebro que no son activadas por voces desconocidas.

"Los fetos en el útero pueden reconocer la voz de su madre antes de nacer, sin embargo, en el caso de los adolescentes, a pesar de que han pasado incluso más tiempo expuestos a esta fuente de sonido que los bebés, sus cerebros se están alejando de ella en favor de otras voces que ni siquiera han oído antes” - explica  Percy Mistry , coautor del estudio.

Aunque esta aparente falta de conexión con los padres puede resultar en ocasiones frustrante, los investigadores han recalcado que este cambio de actividad de su cerebro es una señal saludable de maduración, pues le permite sintonizar con nuevas personas y ser socialmente hábiles fuera de sus familias.


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