La moda de los superalimentos llegó hace unos años con la promesa de mejorar la salud, aumentar la longevidad e incluso curar enfermedades. Alimentos exóticos cultivados en países lejanos, con "propiedades incalculables" (tanto como las expectativas que generaban).
Sin embargo, olvidamos que los verdaderos superalimentos se suelen encontrar en nuestra propia tierra, donde productos de proximidad nos ofrecen los nutrientes que necesitamos en cada momento del año y sin necesidad de pagar de más.
Un superalimento "de toda la vida"
Efectivamente, en España tenemos un "superalimento" al que se le atribuyen muchas propiedades saludables que ya conocían nuestras abuelas, que consumen muchos deportistas y que, aunque nunca se ha ido de nuestras mesas, poco a poco está volviendo a recuperar el sitio que se merece: hablamos del membrillo.
Sus valores nutricionales destacan, como muchas otras frutas, por su contenido en agua, fibra y minerales: por cada 100 gramos tiene un 82,4% de agua y tan sólo aporta 29 kcal, que proceden, principalmente, de los 6,3 gramos de hidratos de carbono. Tiene un bajo valor proteico (0,3 gramos) , pero bastante fibra (6,4 gramos), calcio (14 mg), potasio (200 mg) y vitamina C (15 mg).
Aunque consumirlo crudo es difícil por su textura y su sabor, prácticamente todas sus propiedades nutricionales se mantienen cuando este se procesa, siempre que se elabore únicamente con el fruto del membrillo, según confirma un estudio realizado por el Journal of Food Processing & Technology.
El membrillo, una fruta de otoño repleta de propiedades
Pocos hubiésemos pensado que lo que muchas abuelas ponían como postre en sus comidas, en realidad es un alimento lleno de beneficios para el organismo:
Regula el tránsito intestinal
El membrillo tiene una alta cantidad de pectina y mucílagos, un tipo de fibra que protege la mucosa digestiva, capta agua y equilibra el funcionamiento digestivo de forma natural, por eso se suele recomendar cuando se presentan cuadros tanto de diarrea como de estreñimiento.
Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares
El membrillo contiene flavonoides, un grupo de fitonutrientes (químicos vegetales) que tienen un alto poder antioxidante, con características antiinflamatorias que benefician al sistema inmunológico y previenen enfermedades cardiovasculares.
Es importante recalcar que el membrillo tiene un contenido casi nulo en sal, por lo cual su consumo no incrementa la presión arterial.
Ayuda a combatir la retención de líquidos
El membrillo contiene una buena cantidad de potasio, un mineral que ayuda a mantener el equilibrio hídrico del organismo, permite que los nutrientes fluyan a las células y facilita la expulsión de sus desechos. Según la doctora María Muñoz Yuste, Nutricionista colaboradora de Santa Teresa Gourmet, “gracias a esa característica, el membrillo nos puede ayudar a reducir la retención de líquidos, así como la sensación de cansancio, hinchazón y pesadez en las piernas relacionados con esa patología”.
Es una gran fuente de energía de cara a la práctica deportiva
El membrillo aporta energía de forma rápida, se digiere fácilmente, tiene un sabor natural y el potasio que contiene contribuye a una buena recuperación evitando la aparición de calambres. Además, es fácil de llevar y se puede tomar antes del ejercicio, combinado con carbohidratos de lenta absorción, como avena y frutos secos.
“En el caso de deportes de larga duración, más de 1h, se puede tomar 30-60g de membrillo después de esa hora para aumentar el rendimiento y la posterior recuperación”, afirma la Dra. Muñoz. Se puede llevar de forma sencilla en papel de aluminio o integrarlo como ingrediente en una barrita energética casera con frutos secos. A diferencia de los geles que se comercializan, el membrillo proporciona un sabor natural y no lleva edulcorantes artificiales.
¿Cuánto membrillo debemos consumir al día?
La clave para consumir membrillo y aprovechar todos su beneficios, es elegir uno de buena calidad (es decir, que solo esté elaborado con el fruto del membrillero), que esté incluido dentro de una dieta variada y saludable, y en una cantidad ajustada a nuestra edad, nuestra rutina y necesidades nutricionales.
Según la doctora Muñoz, “si queremos beneficiarnos de su aporte de fibra y su sabor dulce, sería adecuada una cantidad de 20-30 g de membrillo en el caso de un adulto y 15 g en el de niños". Una buena manera de hacerlo es añadiendo pequeños toques a las comidas del día a día, por ejemplo, combinado con un yogur natural, añadirlo a un poke de verduras, o poner una loncha a un sandwich con queso y vegetales.
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