Cómo pasé de tener memoria de pez a acordarme de las cosas que necesito en el día a día con estos sencillos trucos

Cómo pasé de tener memoria de pez a acordarme de las cosas que necesito en el día a día con estos sencillos trucos
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¿Alguna vez has experimentado la frustrante situación de entrar a una habitación y olvidar por completo por qué estabas allí? ¿O tal vez te ha pasado olvidar el nombre de alguien justo después de que te lo presentaran? No te preocupes, no eres al único al que le pasa.

Muchos hemos sufrido lo que comúnmente llamamos "memoria de pez", que está influida por factores como el cansancio, el estrés, el tener muchas cosas en la cabeza... Entre otros factores.

Pero la buena noticia es que hay trucos sencillos para transformar tu capacidad de recordar, que a mí me sirvieron y que compartiré contigo. Quédate para darle un impulso a tu memoria y deshacerte de esos olvidos molestos a través de ejemplos prácticos.

Cuatro trucos para reforzar la memoria del día a día

1. La técnica de la asociación

Una de las estrategias más efectivas para mejorar la memoria es utilizar asociaciones. Lo cierto es que es más fácil recordar una imagen asociada a otra (que dispare el recuerdo de la primera) que una imagen aislada. Pero, ¿cómo lo aplicamos?

Imagina que necesitas recordar comprar leche en la tienda. En lugar de simplemente repetir "leche, leche, leche" en tu mente, crea una imagen vívida de la leche en tu mente.

Visualiza la leche derramándose sobre tu mesa de desayuno o imagina a alguien lanzándote una botella de leche. Estas imágenes asociativas (de la leche con alguna situación o acción concreta que impacte), ayudan a tu cerebro a recordar la información de manera más efectiva.

Otro ejemplo: si tienes que recordar llamar a tu amiga Sandra, imagina a Sandra saltando de alegría cada vez que contesta el teléfono. La próxima vez que veas tu teléfono, será muy fácil que te acuerdes de llamarla.

2. La regla del lugar

Este truco se basa en la conexión entre la información que deseas recordar y un lugar específico. Si por ejemplo necesitas recordar una lista de la compra, asocia cada elemento con una ubicación específica en tu casa.

Por ejemplo, si necesitas comprar pan, imagina una baguette gigante en la entrada de tu casa, o si tienes que comprar huevos, imagina los huevos en la mesa de la cocina. Y así con todos. Cuando visualices cada lugar, recordarás el elemento en cuestión.

Otro ejemplo cotidiano: si tienes que recordar recoger la ropa de la tintorería, visualiza un cartel de "Ropa Limpia" en la entrada de tu casa. La próxima vez que salgas, te acordarás de recogerla.

3. La repetición espaciada

La repetición es clave para la memoria, pero no necesitas repetir la información constantemente. Este truco que te propongo es la repetición espaciada, que implica revisar la información en intervalos cada vez mayores.

Por ejemplo, revisa la lista de la compra después de diez minutos, luego después de una hora, y finalmente, un día después. O si por ejemplo estás aprendiendo un nuevo idioma, repasa las palabras que aprendiste no solo el mismo día, sino también después de unos días y semanas. Esto fortalecerá tu retención a largo plazo.

¿Por qué funciona ese truco? Este método aprovecha la curva de olvido, según la cual el olvido es más rápido al principio y luego se estabiliza (por ejemplo, después de una hora se olvida el 50% de lo aprendido, y después de un día solo se recuerda el 30%), y refuerza tu memoria de manera efectiva.

4. Crea una historia (poderosa para tu memoria)

A nuestra mente le encantan las historias (y a nuestra memoria, también). ¿Por qué no convertir la información que necesitas recordar en una pequeña narrativa? Convierte tus datos en personajes y eventos, creando así una historia única que te resulte fácil recordar.

Como en el caso de las asociaciones, es más fácil recordar eventos entrelazados entre sí con un sentido y configurando una historia (donde cada elemento te lleva al siguiente), que un evento aislado. En realidad, las historias son asociaciones de eventos. Por otro lado, si la historia tiene una connotación emocional (si te despierta emociones), esto ayudará a que la recuerdes mejor.

Vayamos al ejemplo. Si tienes que recordar comprar frutas, imagina a una manzana, una banana y una naranja compitiendo en una carrera. Crea tu propia historia (¡imaginación al poder!), con todos los detalles que quieras. La próxima vez que vayas al supermercado, recordarás la competencia y llenarás tu carrito de frutas.

Foto | Portada (Película "Buscando a Nemo", 2003)

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