Cumplir los deseos de los ancianos de una residencia: la iniciativa de una niña de 11 años, que nos ha emocionado

Ruby Kate tiene 11 años, pero su corta edad no le ha impedido llevar a cabo un emocionante proyecto que nos ha cautivado a todos al recordarnos la importancia que tiene saber escuchar, empatizar con quienes nos rodean y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

Todo comenzó cuando Ruby decidió visitar a su madre en su lugar de trabajo. La mujer es enfermera de geriatría, y lleva a cabo su labor en cinco residencias de ancianos de Arkansas (Estados Unidos). Al principio, la niña tan solo se dedicaba a conversar con los ancianos, a escucharles y alegrarles el día compartiendo anécdotas. Pero pronto se dio cuenta de que podía hacer por ellos mucho más...

"Los extras son las cosas que hacen la vida más dulce"

Según explicaba la madre de Ruby en una entrevista realizada a CNN, en Estados Unidos los ancianos que se encuentran alojados en residencias de la tercera edad reciben 40 dólares al mes (algo más de 35 euros) para sus gastos personales, en concepto de "extras".

El problema, es que muchos de ellos no pueden costearse todas sus necesidades y deseos, ya que este dinero es en ocasiones insuficiente y no cuentan con ningún apoyo familiar que pueda solventarlo.

Ruby Kate se enteró de ello durante una de sus visitas a su madre, cuando se percató de la tristeza que invadía a una anciana llamada Pearl, quien miraba absorta por la ventana sin poder apartar la vista del cristal.

Cuando la niña preguntó a Pearl qué era lo que atraía tanto su atención, la anciana le señaló a su perrito, que se alejaba por la calle en compañía de un amigo que le había hecho el favor de llevárselo a la residencia para que pudiera disfrutar de él. Pero lo que la anciana anhelaba realmente era poder pasar más tiempo con su fiel mascota, y tener suficiente dinero como para poder contratar a un cuidador de perros que se lo trajera más a menudo.

Entonces Ruby se dio cuenta de que la "paga extra" era para los ancianos mucho más que una forma de costearse sus caprichos: era la manera de alcanzar la felicidad.

Así que la niña decidió hacer algo para que tanto Pearl, como el resto de ancianos de la residencia pudieran disfrutar de las cosas de la vida que realmente les hacían felices. Y así fue como nació la iniciativa "Tres deseos para el Proyecto de Residentes de Ruby".

Tres deseos para cada anciano

El proyecto "Tres deseos" comenzó el pasado verano, cuando la niña recogió en su libreta los tres deseos que cada uno de los ancianos de la residencia querían ver cumplidos. Las respuestas conmovieron enormemente a Ruby por su simpleza:

"Un anciano me dijo que necesitaba unos pantalones nuevos porque los que tenía le apretaban demasiado. Y cuando miré, me di cuenta de que efectivamente era algo que necesitaba con urgencia, pues la cinturilla se le clavaba en la barriga"

"Otra señora pidió tan solo poder tener un teléfono en su habitación, para no tener que hablar con sus seres queridos delante de todo el mundo"

"Otra anciana quería una manta calentita para su cama, otros pidieron cosas para sus mascotas, otro unos zapatos nuevos, e incluso pidieron poder comer patatas fritas del McDonald's"

"También hubo algunos ancianos con problemas de audición corregibles que desean poder comprar un audífono para escuchar mejor a sus familiares cuando venían a visitarles. Y una mujer en silla de ruedas me dijo que lo único que deseaba era poder pasar un día un parque acuático y disfrutar viendo a los niños divertirse"

El cuaderno de Ruby Kate se llenó de deseos que poco a poco está cumpliendo gracias a las donaciones altruistas y a la colaboración de su madre, quien le está ayudando a desarrollar el proyecto y se encarga de hacer las compras que los ancianos van pidiendo.

Durante este tiempo, Ruby ha entregado pequeños televisores para las habitaciones, coloridos cuadros para decorar las blancas paredes de las residencias, barritas de chocolate y otros snacks que ha repartido con la ayuda de sus hermanos, e incluso muñecos que acompañan y ayudan a muchas personas con demencia.

La iniciativa se ha ido extendiendo a las cinco residencias en las que trabaja la madre de Ruby, llenando de felicidad a un centenar de ancianos que están viendo cumplidos sus modestos deseos, y que no encuentran las palabras para agradecer a Ruby todo lo que está haciendo por ellos.

El proyecto "Tres deseos" cuenta con una campaña en Go Fund Me con la que se han recaudados más de 67.000 dólares, y una lista en Amazon con algunos de los artículos solicitados por los ancianos.

Es realmente emocionante poder compartir este tipo de historias protagonizadas por niños, cuya bondad y generosidad les lleva a hacer cosas enormes por los demás. Niños que el día de mañana se convertirán en jóvenes respetuosos y comprometidos con quienes les rodean.

Vía CNN

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