Hablar de nuestras frustraciones o de las cosas que nos agobian y preocupan es necesario para no continuar cargando con ellas: también nos ayudan a liberar estrés y a recibir apoyo o retroalimentación de las personas con las que las compartimos.
Pero además de ser una manera de desahogar todo lo que tenemos en nuestra mente, desahogarnos con alguien que nos importe también puede ayudarnos a fortalecer la relación que tenemos con ellos, e incluso hacer que nos quieran más.
Así lo explica un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que explora cómo desahogarse con un amigo puede influir en la percepción que este tiene de nosotros, dependiendo de la manera en la que lo hagamos.
De acuerdo con esta investigación, desahogarnos con los amigos puede hacer que éstos nos aprecien y apoyen más, pero solo si no mostramos agresividad hacia la persona de la que hablamos.
Es decir, si al compartir que nos sentimos tristes o molestos por alguna situación con otra persona lo hacemos evitando hablar mal de ella, el afecto de nuestro amigo hacia nosotros aumenta. Por el contrario, se observó que cuando en ese desahogo también criticamos abiertamente a otra persona, el efecto positivo desaparece.
Recordemos que una señal de inteligencia emocional es no culpar a otros por nuestros sentimientos, sino hacernos responsables de la parte que nos corresponde. En cambio, cuando buscamos culpables o queremos hacer quedar mal a la otra persona, mostramos baja inteligencia emocional.
Por otro lado, el estudio encontró que desahogarse no es necesariamente catártico y no siempre nos va a ayudar a reducir el enojo o molestia por la que nos estamos desahogando, pero el hecho de que puede ser una forma positiva y efectiva de fortalecer las relaciones hace que sea algo que vale la pena.
Los investigadores mencionan que hay otros factores que también podrían anular este efecto, relacionados con las formas en las que se hace el desahogo, como cuando quienes se desahogan son percibidos como agresivos, eligen mal el tema sobre el que se desahogan o no se desahogan con el amigo correcto.
Pero en general, señalan que sus resultados sugieren que desahogarse puede ser una herramienta efectiva para ganar el afecto de los amigos, siempre y cuando se haga de forma sincera y natural - y sin la intención de hablar mal de los demás.
Foto de portada | Liza Summer en Pexels