En la comunidad médica han saltado las alarmas por el estúpido y peligroso reto viral que se está propagando por las redes: aspirar un condón estirado por la nariz y sacárselo por la boca.
Miles de adolescentes se suman al desafío y lo comparten a través de sus cuentas, sin tener en cuenta los peligros para la salud que puede ocasionarles. Y todo por conseguir likes en sus redes sociales.
Pueden acabar en el hospital
Los jóvenes que se apuntan a la moda tienen un peligro muy serio de acabar haciendo una visita a urgencias. Hay que tener en cuenta que los preservativos suelen estar recubiertos de una sustancia lubricante que podría ocasionar alteración de las mucosas y reacciones alérgicas.
Eso en el mejor de los casos, porque también podría quedarse atascado y provocar asfixia o tener consecuencias imprevisibles, como describe el doctor Bruce Y. Lee, de la Bloomberg School of Public Health: una mujer de 26 años se tragó accidentalmente un condón que pasó por la tráquea y terminó en sus pulmones ocasionándole una neumonía y a otra de 27 la tuvieron que operar de apendicitis meses después de tragar un pedazo de condón.
En ambos casos no se trató de seguir modas absurdas, sino de accidentes producidos mientras mantenían relaciones sexuales, pero su experiencia sirve para hacernos una idea de las consecuencias de este peligroso juego.
¿Por qué lo hacen?
Más allá de la peligrosidad de esta práctica, padres y educadores están impactados con las barbaridades que nuestros hijos están dispuestos a hacer para conseguir popularidad en las redes sociales.
Estupefactos, los vemos inhalar canela, comer detergente líquido, aguantar la respiración hasta desmayarse o incluso desaparecer durante 48 horas solo para tener su minuto de gloria cibernética.
¿Tanta necesidad de aprobación tienen que son capaces de jugarse la vida para conseguir likes? Las “ceremonias de aceptación" siempre han existido entre los adolescentes y participar en esta actividad les permite sentirse parte de un grupo y ser aceptados por los demás, pero como padres tenemos que hacerles entender que no se pierden nada si rompen la cadena y se niegan a replicar cada uno de los desafíos de moda.
Nada nuevo bajo el sol
Lo curioso es que este reto ni siquiera es nuevo. Los primeros videos de jóvenes inhalando condones están subidos en la red desde el año 2013. Ha sido la llamada de atención del educador texano Stephen Enriquez, que trabaja ayudando a las familias en temas de prevención de drogas y alcohol, lo que ha devuelto a la actualidad este fenómeno.
En sus charlas, incluye los retos virales junto al alcohol y las drogas como peligros para su desarrollo y trata de orientar a los padres para que comprendan cuál es el ambiente tecnológico en el que están creciendo sus hijos y cómo ayudarles.
"En estos días nuestros adolescentes están haciendo todo lo que sea necesario para conseguir likes, seguidores y suscriptores".
Ante esta situación, muchos padres se sienten inseguros. Pensamos que porque no estemos al tanto de las nuevas tecnologías, no es un campo en el que podamos intervenir, pero nada más lejos de la realidad.
La clave está en aplicar las mismas reglas que en la vida real: hay que saber qué hace nuestro hijo en las redes, con quién se relaciona, intentar inculcarle un poco de sentido común entre tanta moda absurda, trabajar con él la autoestima para que entienda que, ni en el mundo real ni en internet tiene que jugarse la vida para buscar la aceptación de los demás y, por último, confiar que todo el trabajo que hemos hecho como padres tiene que estar por ahí escondido haciendo su trabajo. Fácil, ¿verdad?
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