La "fika" o pausa para el café en el trabajo es uno de los secretos de la productividad en Suecia que deberíamos imitar en España

¿Te imaginas una pausa en el trabajo que no solo te ayude a despejarte, sino que además te haga más productivo? En Suecia, lo tienen claro: ese momento de descanso se llama "fika", y es mucho más que un simple café.

Es una tradición casi sagrada en el mundo laboral, donde parar unos minutos para compartir, relajarse y recargar energía es parte de su éxito. Incluso IKEA tiene un apartado dedicado a esta importante costumbre sueca. Pero esta tradición, ¿la estamos aplicando realmente en España? ¿Cómo podríamos aprovecharla al máximo?

¿Qué es la "fika" y por qué funciona tan bien?

Como curiosidad, el café es increíblemente popular en Suecia. Según estimaciones de Statista, el país es el tercer mayor consumidor de café per cápita, después de Finlandia y los Países Bajos.

Y la fika sueca no es la típica pausa para tomar algo rápidamente. Es un momento del día en el que los trabajadores, ya sea en la oficina o desde casa, se toman un respiro de entre 15 y 30 minutos para disfrutar de un café o té, acompañado de un dulce, como un bollo de canela o una galleta.

Pero lo más importante es que es un espacio para desconectar del trabajo y conectar con los compañeros. Las conversaciones suelen ser distendidas, nada de trabajo por un rato. ¿El resultado? Unos minutos de desconexión mental que recargan las pilas para el resto de la jornada.

Este respiro tiene efectos directos en la productividad. Diversos estudios demuestran que las pausas regulares ayudan a mejorar la concentración y reducir el cansancio mental. Y puedo decirte que estos momentos de descanso son necesarios para mantener la mente clara y evitar el agotamiento. No se trata de perder el tiempo, sino de invertir en un mejor rendimiento para las horas siguientes.

¿Y en España? La "pausa del café" ya existe, pero no la aprovechamos

En España ya tenemos algo parecido, aunque no lo aprovechemos del todo. El Estatuto de los Trabajadores, nuestro marco legal sobre derechos laborales, establece en su artículo 34 (en el que se regula la duración de la jornada laboral), que cualquier trabajador que tenga una jornada de más de seis horas seguidas tiene derecho a una pausa de 15 minutos.

Esta es nuestra conocida "pausa para el café", aunque muchos la pasan por alto o simplemente no la aprovechan al máximo. El problema es que, en muchos casos, esta pausa se ve como un trámite o, peor aún, como una pérdida de tiempo.

El artículo 34 del Estatuto de Trabajadores establece que cualquier trabajador que tenga una jornada de más de seis horas seguidas tiene derecho a una pausa de 15 minutos.

Pero si le diéramos más valor, como hacen en Suecia, y usáramos esos minutos para despejar la mente, socializar un poco y desconectar del trabajo, podríamos ver un gran cambio en cómo nos sentimos y en nuestro rendimiento.

Más horas no es sinónimo de más productividad

En España, todavía seguimos creyendo que trabajar más horas equivale a ser más productivos, pero la realidad es que muchas veces solo acabamos agotados. Después de tantas horas seguidas frente al ordenador o en cualquier otro escenario, la mente se nubla, cometemos más errores y nuestro rendimiento cae en picado.

En Suecia, donde las jornadas son más cortas y la fika es parte de la rutina diaria, los niveles de productividad son mucho más altos. Y no es casualidad.

El verdadero secreto está en las pausas. Desconectar un poco del trabajo permite volver con más energía y frescura mental. La pausa para el café, si se convierte en un momento de desconexión real, podría ser una clave para mejorar nuestra calidad de trabajo sin tener que añadir más horas a la jornada.

¿Por qué deberíamos adoptar la "fika" en España?

Lo que podemos aprender de Suecia es que no se trata solo de cuántas horas trabajamos, sino de la calidad de esas horas. La fika fomenta una forma de trabajar más equilibrada, donde se valora el bienestar del trabajador tanto como la productividad.

Incorporar algo así en España, aunque solo sea durante esos 15 minutos de pausa, podría ser un gran cambio. Mejoraría nuestra productividad, pero también la relación entre compañeros y el ambiente laboral en general. No es necesario hacer grandes cambios.

Simplemente, podríamos aprovechar mejor esos momentos de descanso para reconectar con los demás y recargar energía. En lugar de ver esos 15 minutos como un simple trámite, las empresas que promuevan un espacio de desconexión y conversación podrían ver mejoras tanto en el ánimo de los empleados como en su rendimiento a largo plazo.

Foto | Portada (Freepik)

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