Jesús llegó al mundo el pasado 10 de marzo en el Hospital Clínic de Barcelona con siete meses de gestación, es el primer bebé en España nacido de un útero trasplantado y ayer recibió el alta para irse a casa.
Tamara Franco, la madre de Jesús, nació sin útero funcional, debido a una malformación congénita, y para cumplir su sueño de ser madre recibió el útero donado por su hermana en octubre de 2020.
Solo 10 hospitales en todo el mundo realizan esta técnica por la que han nacido más de medio centenar de bebés, tanto de donantes vivas como de mujeres que han perdido la vida.
El nacimiento de Jesús "Es un sueño"
La madre, de 34 años, ha sufrido mucho desde su adolescencia sabiendo que no podría ser madre, por eso tener a su bebé en brazos "es un sueño" hecho realidad gracias a la humanidad de su hermana Bárbara.
Tamara es la primera española trasplantada de útero en dar a luz a un bebé sano. Hay otra mujer, una canaria de nombre Mayra, que también se sometió a mediados del año pasado a esta intervención en el mismo centro, pero aún no ha sido madre.
El primer nacimiento de un bebé sano tras un útero trasplantado se dio en Suecia en 2014 (en el Hospital Universitario de Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo), y desde ahí ha habido un goteo de casos en varios países del mundo.
El hito del Clínic forma parte de un estudio cuyo requisito era que las participantes tuviesen el síndrome de Rokitansky o MRKH (Mayer Rokitansky Küster Hauser), una malformación congénita que afecta a una de cada cinco mil mujeres que nacen sin útero ni trompas de Falopio, y por lo tanto no pueden gestar.
Han participado más de cien mujeres, pero por ahora se han realizado dos trasplantes, el de Tamara que dio lugar felizmente al nacimiento de Jesús, y hay otras dos mujeres en proceso de estudio "avanzado", según ha explicado el doctor Francisco Carmona, jefe de Servicio de Ginecología y responsable del proyecto. También cuenta con autorización para cinco futuros trasplantes.
Un largo camino recorrido
El trasplante se realizó hace dos años y medio y la cirugía duró 20 horas. Fue todo un éxito.
Dos meses después de la operación, tuvo la regla por primera vez y hubo que esperar seis meses para poder realizar la transferencia de embriones. Quedó embarazada, pero sufrió un aborto en la octava semana de gestación.
Se había recuperado del aborto cuando se contagió de Covid, así que hubo que esperar unos meses antes de realizar un nuevo intento con nuevos embriones. Finalmente, se pudo realizar una nueva fecundación y Tamara se quedó embarazada de Jesús que esta vez tuvo éxito y quedó embarazada.
Durante la gestación, en la semana 30, notaron un problema y el equipo médico decidió programar una cesárea para que naciera Jesús, que pesó 1.125 gramos.
"Durante el embarazo he pasado mucho miedo, mucha ansiedad por si algo iba a mal, por eso al ver a Jesús fue como ¡Madre mía, ¿esto es mío? Fue un sueño!", cuenta la madre. Y su marido, que se llama como el bebé, remacha: «Ves a esa criaturita fruto de un amor tan grande y no te lo puedes creer».