¿Pareja o hermanos? La razón por la que nuestro subconsciente busca parejas que se nos parecen físicamente

Cuando buscamos pareja, la mayoría de las personas (si no es que todas) tenemos en mente algunas cualidades o características sobre el tipo de persona que nos gustaría conocer, desde sus gustos e intereses hasta sus valores y su forma de pensar.

Algunos incluso tienen en mente las características físicas que suelen considerar atractivas, como el color de cabello. Pero lo que probablemente no tenemos dentro de las características que tendría nuestra pareja ideal, es que se parezca a nosotros físicamente.

Sin embargo, seguramente en alguna ocasión has notado que hay personas que se parecen mucho a su pareja, tanto que en alguna ocasión les han confundido pensando que eran hermanos - ¡o incluso te ha pasado a ti mismo!

Sucede que, sin que sean conscientes de ello, algunas personas buscan parejas que se parezcan físicamente a ellos mismos. Y la ciencia nos explica por qué sucede esto.

Nos atrae lo que nos parece familiar

Foto | Anastasia Shuraeva en Pexels

El fenómeno de estudiar a las parejas que se parecen físicamente es algo que ha interesado a los científicos desde hace varias décadas. Por allá en 1987 la Universidad de Michigan realizó un estudio en el que analizó a las parejas que se parecían cada vez más entre ellas.

Su teoría, que hasta la fecha consideran como la más probable y válida, es que el hecho de compartir décadas de vida juntos proporciona un intercambio de emociones, que a su vez resulta en una mayor parecido entre uno y otro debido a las arrugas y expresiones similares.

Pero el parecido entre parejas no solo es algo que suceda naturalmente con la convivencia y el paso del tiempo. Expertos en psicología y sexualidad como Justin Lehmiller afirman que la similitud física es un importante factor en la atracción inicial que sentimos hacia otra persona.

En una declaración para la revista Time, Lehmiller comenta que tendemos a gravitar hacia las personas que nos resultan familiares, aunque esto es algo que hacemos de forma insconsciente: "Te sientes familiarizado con tu propia apariencia, por lo que ver a otros que comparten tus características puede hacer que te agraden más por esa razón", explica.

De hecho, aunque la declaración de Lehmiller es reciente, esto es algo que él había compartido con anterioridad en un escrito publicado en su web, donde cita una investigación que prueba que nos atrae lo familiar.

En ese estudio, se le pidió a las personas que calificaran el atractivo de una serie de rostros. Pero dentro de los rostros que les mostraron, estaba el de ellos mismos modificado digitalmente para parecer una persona del sexo opuesto. Los participantes no se reconocieron a ellos mismos, pero calificaron esos rostros como los más atractivos de todos: "los iguales se atraen".

En otro estudio similar, se le mostró a los participantes imágenes del rostro de su pareja actual, con diversas alteraciones entre las que se incluían algunos imágenes con rasgos de ellos mismos. Los participantes del estudio, tanto hombres como mujeres, calificaron como más atractivos los rostros que tenían características propias.

Pero además de la familiaridad que proporciona ver a alguien que se asemeja de alguna manera u otra al rostro que vemos todos los días en el espejo, otras investigaciones han encontrado que nos sentimos inconscientemente atraídos a personas que se parezcan a nuestro progenitor del sexo opuesto.

Sin embargo no debemos ver esto como algo extraño ni sorprendente, pues simplemente sucede lo mismo que al sentirnos atraídos a personas parecidas a nosotros: vemos sus rostros como algo que es conocido para nosotros y por ello nos resulta reconfortante.

Foto de portada | wayhomestudio en Freepik

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