De hace un tiempo para acá se ha puesto de moda el consumo de semillas, y aunque por cuestiones gastronómicas dan mucho juego en un plato, lo cierto es que se trata de un alimento muy interesante a nivel nutricional por todos los beneficios que aportan al organismo y la versatilidad que ofrecen a la hora de incluirlos en nuestra dieta.
Hay una particular que es bastante conocida por su efectividad para regular el colesterol y reducir el azúcar en sangre. Hablamos de las semillas de lino, un "superalimento" con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y reguladoras. Según un estudio publicado en 2023, su consumo regular puede ayudar a mejorar el perfil lipídico y reducir la presión arterial, el nivel de glucosa y el índice de resistencia a la insulina
Un alimento muy beneficioso que mejora la salud cardiovascular
Las semillas de lino poseen dos características que las convierten en un alimento que deberíamos consumir a diario: son ricas en fibra soluble muy beneficiosa para el tracto digestivo y también es uno de los alimentos con más Omega 3 que existen.
Además de su alto contenido en ácidos grasos, posee otros elementos como la lecitina, el ácido oléico, el linoleico, la pectina, lignina y una gran cantidad de fibra dietética (40%), de la cual la fibra soluble representa el 25% y la fibra insoluble representa el 75%.
Esta fibra soluble incluye mucílagos, pectina y β-glucano que, según el mismo estudio, pueden jugar un papel importante en la reducción de la glucemia, la absorción del colesterol LDL (o "malo"), y los triglicéridos, factores clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Además, la fibra soluble beneficia la microbiota intestinal, ya que aumenta el volumen de las heces, previene el estreñimiento y reduce la absorción de azúcares y grasas.
Como consumir las semillas de lino
Aunque algunas personas simplemente las añaden crudas a una ensalada, en realidad para aprovechar las propiedades de las semillas de lino es recomendable hidratarlas (para "activar" los mucílagos), o molerlas justo antes de consumirlas para aprovechar toda la fibra.
Aunque generalmente se opta por una u otra opción, yo prefiero combinar las dos: en la noche las lavo bien y las dejo en remojo, y en la mañana las bato con el agua y me lo tomo (puede combinarlo con un plátano o añadir un poco de bebida vegetal para darle un toque de sabor). Así, puedes consumirlas en batidos, añadirlas a masas y a recetas con legumbres.
Por último, antes de incorporarlas a nuestra dieta es importante tener en cuenta que al consumir estas semillas es fundamental beber bastante agua porque de lo contrario podemos provocar estreñimiento, y por supuesto, consultarlo previamente con el médico en caso de tener patologías como diabetes o hipertensión, ya que podrían disminuir la absorción de los medicamentos administrados por vía oral.
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