Según una investigación publicada por el Journal of Behavioral Neuroscience, las ratas expuestas al alcohol en el vientre materno bebían hasta el doble por libra de peso corporal que sus pares no expuestos si se les ofrecía alcohol 15 días después del nacimiento.
Los médicos desaconsejan la bebida durante el embarazo. Si una mujer embarazada bebe, puede exponer a su hijo a una enfermedad crónica llamada síndrome de alcoholismo fetal, que puede causar retardo mental. Las investigaciones anteriores han mostrado también que los bebés expuestos a pequeñas cantidades de alcohol en el vientre materno tienden a moverse hacia su olor, indicó el autor principal del estudio, Steven Youngentob.
Su investigación puede empezar a explicar por qué. Esto debido a que uno aprende a comer según lo que comió la madre cuando se está en el vientre, “su cuerpo cree, bueno, si mamá lo ingirió, probablemente está bien', concluye el investigador. Los sistemas nerviosos de los fetos están expuestos a lo que coman sus madres.
Esto puede explicar por qué las ratas cuyas madres recibieron alcohol preferían su sabor y olor cuando eran bebés y adolescentes más que sus coetáneos sin la exposición fetal.
Vía | El Nuevo Herald