Durante el verano, cuando no hay cole ni actividades extraescolares como en el resto del año, es más factible que los niños pasen demasiado tiempo enganchados al móvil o a la tablet, con un mayor riesgo de adicción a las pantallas.
Según el estudio "De Alpha a Z, educando a las generaciones digitales" realizado por Qustodio, los menores pasan una media de cuatro horas al día conectados a las pantallas y durante el verano, a partir de junio, su uso aumenta en un 30%, en redes sociales, vídeos online, streaming, videojuegos…
Los vemos todo el día ahí metidos y es cierto que se mantienen entretenidos, pero no es saludable para su desarrollo pasar tantas horas haciendo uso de los dispositivos y desconectados del mundo exterior. ¿Qué podemos hacer los padres para evitarlo?
Cómo reducir el tiempo de uso de pantallas
- Gestionar el tiempo de uso de las pantallas. Según las directrices de la AAP, los menores de tres años no deben estar expuestos a las pantallas, de 3 a 5 años, que no excedan una hora de contenidos educativos de alta calidad, y a partir de los 6 años que no exceda las dos horas de uso.
- Momentos de no-uso de la tecnología. En niños mayores y sobretodo en adolescentes, se traspasa este límite de uso, por lo que en lugar de establecer cuándo pueden usar la tecnología, puedes establecer ciertos momentos en los que las pantallas no tienen cabida. Por ejemplo, no coger el móvil antes de hacer ciertas tareas por la mañana (lavarse la cara, los dientes, recoger el cuarto, hacer la cama...) La hora de comer y de cenar es libre de móviles, no es negociable. La hora de irse a la cama, también sin móvil.
- Ofrece actividades alternativas a las pantallas. Fomentar actividades al aire libre (senderismo, dar paseos, ir a la piscina, etc.), proponer planes entretenidos en familia (juegos de mesa, cine en casa, puzzles, etc.) y otras actividades como leer libros, escribir un diario o investigar sobre un tema que les interese son estupendas alternativas al uso de pantallas.
- Controlar los contenidos: los expertos recomiendan instalar controles parentales que ayuden a prevenir riesgos, pero además debemos supervisar lo que consumen nuestros hijos y priorizar contenidos educativos. Cuando son pequeños, debemos elegirlos con ellos.
- Uso en sitios comunes de la casa. Una buena sugerencia es colocar el ordenador en un espacio común de la casa (el salón, la cocina o la zona de estar), una recomendación que puede extenderse a otros dispositivos. Aunque con los adolescentes ya es más difícil de controlar.
- Ocio digital compartido: en lugar de que se encierren en la habitación a jugar a los videojuegos y se aíslen del mundo, podemos compartir momentos de ocio digital con ellos y establecer así un punto de conexión. Por ejemplo, ver vídeos en Youtube de un tema que interese a todos o jugar a videojuegos en familia.
Y por último, recuerda que el ejemplo que demos es fundamental. No podemos exigirles que se desenganchen de las pantallas si nosotros somos los más dependientes.