Popularmente se tiene la idea de que todos los padres en el mundo celebran el regreso a clases de los hijos con extrema alegría y con una copa de vino en la mano. Pero en realidad, el regreso a clases tiene diferentes sentimientos, pues cada familia, cada madre, cada padre y cada niño, es distinto.
Cuando todos se encuentran celebrando que sus hijos vuelven a la escuela, a otros nos cuesta más trabajo hacernos a la idea de separarnos nuevamente de ellos. Por eso me ha gustado la publicación de una madre, en la que comparte algo con lo que nos identificamos muchos padres: lo difícil que es volver a dejarles ir al comienzo de otro año escolar.
Que no sea la primera vez, no quiere decir que sea más fácil
Mia Carella es una bloguera estadounidense y mamá de dos hijos. Como cualquier madre, adora pasar tiempo con sus hijos y al igual que muchas de nosotras, le cuesta un poco separarse de ellos, especialmente ahora que estamos en la época de la vuelta al cole.
En una emotiva publicación en su página de Facebook, Mia explica cómo a pesar de no ser el primer año en que despide a su hija para ir a la escuela, sigue siendo muy difícil para ella separarse de lo que más ama en el mundo.
"¡Voy a tenerte para siempre! ¡Te quedaras justo aquí conmigo! ¡No hay escuela para ti!" bromeé, mientras abrazaba fuertemente a mi hija y reíamos juntas.
"¡No, mami! ¡Tú no me detienes! ¡Yo iré a primer grado mañana!" me responde ella entre risas.
"Lo sé, mi bebita. Lo sé..."
Dijeron que se haría más fácil. Dijeron que el año pasado sería el más difícil, siendo la primera vez y todo eso. Dijeron que este año sería mejor; que yo estaría feliz de verla volver a la escuela después de un largo verano.
Pues no.
No sé por qué estoy batallando tanto con esto. Mi pequeña hija está tan emocionada de comenzar la escuela de nuevo. Ella extrañó a sus maestros tanto, que no puede esperar a verlos de nuevo todos los días. Es como retroceder a hace un año. Se siente tan crudo y real como la primera vez que tuve que soltar y enviar a mi hija al mundo en ese camión escolar amarillo.
Pues no, no es más fácil.
Preescolar. Primer grado. Sexto Grado. Universidad. No veo cuándo esto se pueda hacer más fácil para mí.
Dejar que nuestros corazones -nuestros mundos enteros- caminen y salgan al mundo solos sin nosotros nunca es fácil. Tenemos que confiar en que el mundo los tratará como nosotros lo haríamos. Confiar en que ellos tendrán todo lo que necesiten. Confiar en que podemos soltar nuestro agarre, con el que pensamos que sostenemos todo junto, y dejarles ir. Dejarlos crecer. Pero, es muy difícil - una de las cosas más difíciles que he hecho.
A todas las madres y padres que están teniendo problemas para dejar ir este año, no están solos. No, no lo están. Abrazos en solidaridad, amigos míos. Muchísimos abrazos.
Las palabras de Mia resonaron fuerte en mí. Me sentí tan identificada cuando las leí, tan comprendida. En un mundo donde vemos cómo los padres celebran eufóricamente que sus hijos vuelven a dejar el hogar todas las mañanas para ir a la escuela, hasta me llegué a sentir como la "mamá rara".
Claro que necesito trabajar, que me canso, que necesito mi tiempo para mamá y que a veces quisiera tomar una siesta o leer un libro sin ser interrumpida. Pero amo y adoro pasar tiempo con mi hija. Me encanta despertar y verle dormida pacíficamente junto a mí. Quedarme acurrucada en cama con ella después de que mi esposo se va a trabajar es definitivamente una de las cosas que más me gustaron de estas vacaciones.
No había horarios para disfrutarla, no teníamos que estar apresuradas para estar listas ni presionadas porque el tiempo corre y debíamos llegar puntuales a la escuela. Hacíamos lo que nos placía, como se nos antojaba.
A veces nos enfadábamos, es verdad, especialmente cuando hacía demasiado calor como para salir y teníamos que ingeniárnosla para no sentirnos atrapadas en casa. Pero aunque hubiera días en los que nuestras actividades eran limitadas, en general siempre lo pasamos bien porque estábamos juntas. Lo que para muchos padres suele ser pesado, para nosotros era una hermosa aventura.
Entiendo que las circunstancias no son las mismas en todos los hogares. En algunos ambos padres trabajan y es difícil hacerse cargo de los hijos cuando están de vacaciones, pero eso es algo muy distinto y creo que en esa particular situación, ninguno de los padres celebra el regreso a clases porque están cansados o hartos. Para ellos suele ser una especie de alivio porque sus hijos vuelven a un lugar seguro mientras ellos laboran y deja de ser algo complicado.
Pues no, no es más fácil para todos
Lo cierto es que, aunque tengan un tono divertido esas imágenes de padres brindando porque los hijos vuelven al cole, la realidad de muchas familias no es así.
Al igual que Mia, esta es la segunda ocasión en la que mi hija regresa a clases. También pensé que sería más fácil. Pero resulta que las vacaciones nos acostumbraron a vivir la buena vida en casa, siendo solo ella y yo. Jugando, pintando, riendo e incluso, discutiendo. Durante los días enteros que pasé con mi hija, ambas aprendimos muchas cosas, una de la otra y compartimos anécdotas que ahora que ya no está todo el día en casa, no tendremos.
Disfrutemos y pasemos tiempo de calidad con nuestros hijos todas las tardes y los fines de semana, pues en la maternidad los días son largos, pero los años son cortos y cuando menos lo esperemos, ya estaremos despidiendo a nuestros hijos para ir a la universidad.
Comparto una frase de Elizabeth Stone que me encanta: "Tomar la decisión de tener un hijo es trascendental. Es decidir que tu corazón caminará siempre fuera de tu cuerpo".
Foto | iStock
Vía | Babble
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