El número de hijos, además de ser un tema que debemos hablar antes de iniciar una vida en común, es una decisión que corresponde únicamente a la pareja. Sin embargo, muchas veces las personas tienden a opinar o tener ciertas creencias sobre el número de hijos.
Esto sucede con frecuencia en el caso de los hijos únicos, a quienes etiquetan -entre otras cosas- como mimados o antisociales. Por ello, y como madre de una hija única, comparto algunos de los prejuicios que se tienen sobre los hijos únicos.
Por qué me molesta que digan estas cosas sobre los hijos únicos
Creo que a ninguna madre le gusta que encasillen o clasifiquen a sus hijos con una etiqueta. Al hacerlo, no solo se asumen cosas sobre dichos niños, sino que además esto podría influir en ellos y afectarles emocionalmente.
En el caso de los hijos únicos, me he encontrado con que es muy común que piensen que mi hija es solitaria o que seguramente se aburre mucho. No falta cada cierto tiempo esa odiosa pregunta: "¿para cuándo el otro?", que muchas personas hacen al ver que mi hija no tiene hermanos.
Tener hermanos, sinceramente, es algo que a veces está sobrevalorado (y lo digo sin menospreciar a mi propia y querida hermana). Nadie niega que tenerlos enriquece la experiencia de vida y es lindo tener un compañero de infancia con quién compartir los recuerdos de toda una vida. Pero tampoco quiere decir que no tenerlos nos hará infelices.
En el caso de mi hija, por ejemplo, ella tiene una prima que es casi como una hermana, además de los niños que asisten con ella a la escuela. Compañeros de juego y amigos no le faltan.
Otros comentarios no solicitados, como decir que son niños que no saben compartir o asumir que son niños egoístas solo porque son hijos únicos, son críticas y clichés que suelen venir de personas que no son inteligentes emocionalmente, y que tienden a juzgar a las personas antes de conocerlas.
La realidad, es que así como no es mejor ser mamá de tiempo completo que mamá que sale a trabajar o viceversa, tampoco es mejor tener hermanos o no tenerlos. La experiencia que cada uno viva, dependerá de miles de factores que no se limitan solo a eso.
Dicho esto, comparto ahora algunos de los prejuicios más frecuentes que se tienen sobre los hijos únicos y explico por qué no son ciertos y deberíamos dejar de repetirlos.
Necesitan hermanos
Comenzamos con uno de los mitos más extendidos sobre los hijos únicos: que "necesitan" un hermanito. Aunque tener hermanos enriquece la vida de los niños y crea vínculos muy especiales desde la infancia, lo cierto es que la felicidad de un niño o niña no depende de si tiene hermanos o no.
No saben compartir
Otro de los principales mitos sobre los hijos únicos, es que éstos no saben compartir. Al no tener un hermano con el que deba turnarse los juguetes ni dividir la atención de sus padres, muchas personas creen que son niños egoístas que no saben (ni quieren) compartir.
Sin embargo, aunque aprender a compartir quizás sea más fácil en una casa donde hay más de un niño, lo cierto es que ésta es una habilidad que se adquiere hasta alcanzar cierto nivel de madurez y a través de la convivencia con distintas personas, no solo los hermanos.
Son tímidos y retraídos
Similar al punto anterior, tenemos el mito de que los niños que crecen sin hermanos son tímidos y retraídos, dos características que en realidad no tienen tanto que ver con la convivencia con otros niños, sino con la personalidad de cada niño.
Los hijos únicos son, precisamente, únicos. Así como habrá algunos que sean extrovertidos los habrá introvertidos, sin que ésto dependa directamente de si se tienen hermanos o no.
No saben socializar
Un mito que va de la mano con la introversión que muchas veces se le adjudica a los hijos únicos, es que tienen dificultades para socializar. El principal argumento de esto, es que no tienen pares con los cuales "practicar", pero el desarrollo y adquisición de habilidades sociales no dependen enteramente de esto.
De hecho, un estudio realizado hace algunos años ya se encargó de derribar este mito, afirmando que ser hijo único no afectaba las habilidades sociales de los niños.
Se aburren mucho
"Pobre, seguro se aburre mucho", es una de las frases que a veces suelen escuchar quienes tienen un solo hijo. ¡Como si el aburrimiento fuera algo negativo!
Además de que no es cierto, contrario a lo que se piensa, muchos de los niños que son hijos únicos suelen tener una gran imaginación, al inventar nuevos juegos y buscar formas divertidas de pasar el tiempo.
Son mimados
Otro prejuicio que con frecuencia reciben los hijos únicos, pues al ser "ellos solos" para sus padres, las personas asumen que son mimados. Pero, ¿a qué niño no le gusta ser mimado por sus padres? Sentir esa necesidad de cariño y afecto es, en realidad, lo normal durante la infancia. Y pueden ser tan mimados como cualquier niño que tenga hermanos.
Son dependientes e inseguros
Finalmente, un prejuicio que se tiene sobre los hijos únicos es que son muy dependientes de sus padres y crecen sintiéndose inseguros, pero nada más alejado de la realidad. Tal y como sucede con el punto del aburrimiento, los hijos únicos aprenden desde temprana edad a ser independientes y autosuficientes.
Foto de portada | Artem Podrez en Pexels