No creo que haya una transformación más grande y reveladora que convertirse en madre. El embarazo y posterior llegada de los hijos no solamente representa un cambio de vida, sino también, un cambio total en nosotras mismas.
Pero eso no quiere decir que la mujer que éramos antes de tener hijos ya no exista. Sigue ahí, pero de forma diferente y no debe ser olvidada. Porque soy madre, pero también soy muchas otras cosas que no quiero descuidar ni abandonar.
La maternidad es solo una parte de mi identidad
Quizás hay mujeres para las que ser madre defina por completo su identidad o su vida gire exclusivamente alrededor de ello, y eso está bien. Pero para mí, ser madre es mi título más importante, pero no es el único.
Aunque me siento orgullosa de mi maternidad y estoy agradecida por todas las lecciones y regalos que me ha dado, mi identidad como mujer va mucho más allá de mi papel como mamá. Además de ser la madre de alguien, tengo muchas otras facetas.
Soy hija, hermana, esposa, amiga. Tengo mis propios sueños, anhelos y deseos. Tengo una lista de cosas que me gustan, cosas que me ilusionan y cosas que me emocionan. Y éstas no necesariamente tienen que ver con mi vida como madre (y tampoco tiene nada de malo que no sean parte de ella).
Tengo una vida más allá de la maternidad
No me malinterpretes, me encanta ser mamá y es para mí el trabajo más importante del mundo. En mi lista de prioridades, mi hija definitivamente tiene uno de los puestos más altos. Pero también tengo uno yo misma.
Porque aunque ser madre es indudablemente una de las cosas que me define y me llena de felicidad, también tengo una vida más allá de la maternidad. Y me gusta dedicarle tiempo y energía a esa parte de mí.
Creo, personalmente, que cuidar y nutrir mi vida fuera de la maternidad es también parte importante de ella. Admito que no siempre tengo ganas de hacerlo, ser madre es un trabajo que puede llegar a ser muy duro y agotador.
Pero he descubierto que cuidar esas otras facetas de mi vida es algo que me da paz y me ayuda a ser mejor mamá. Darme ese tiempo para mí, para leer, escribir, salir con una amiga o hacer cualquier cosa que me gusta a mí, la mujer, me hace feliz y en consecuencia, relajada.
Porque además de cuidar a los hijos y velar por su bienestar, es importante hacer lo mismo con nosotras mismas, y siempre que nos sea posible, dedicar un tiempo para cuidar esas partes que también forman parte de nuestra identidad.
Foto de portada | Andrea Piacquadio en Pexels