Más que un curso de preparación al parto, debería haber uno de preparación al postparto
Postparto

Más que un curso de preparación al parto, debería haber uno de preparación al postparto

El momento de mi vida en el que me he sentido más vulnerable ha sido el postparto, especialmente el primero. Verme con una herida llena de grapas, con un bebé prematuro que tenía que poner al pecho cada dos horas, sin dormir y con un baile de hormonas que tardé años en calmar, fue una época durísima.

Aunque algún alma caritativa te lo advierta, nada ni nadie te prepara para eso: hasta que no lo vives no sabes lo que es. Además, hay una parte muy importante que generalmente se queda por fuera de la ecuación: tu pareja. Porque si a ti nadie te avisó, a él seguro que menos... ¿por qué no nos preparamos para todo lo que se viene? ¿Por qué no explicarles a ellos, por ejemplo, los motivos por los que no solo le necesita el bebé, sino también la madre, y mucho más de lo que suelen creer?

¿Qué temas deberían tratarse en una clase de preparación al postparto?

Aunque cada vez más los hombres se implican con todo lo concerniente a sus hijos desde el embarazo, creo que hay muchas cosas que no se suelen tener en cuenta y que conocerlas redundaría en el bienestar de la madre reciente y en consecuencia, en la familia al completo.

Una preparación al parto en donde se cuente qué pasa a nivel físico cuando nos convertimos en madres

Todos sabemos que a nivel físico hay cambios importantes durante y después del embarazo y que estos precisan algunos cuidados que mencionan en las clases de preparación al parto.

Sin embargo, poco se habla, por ejemplo, de lo que ocurre en una cesárea. Muchas personas esperan que tras el alta médica la madre empiece a hacer una vida completamente normal cuando en realidad ha sufrido una intervención quirúrgica que precisa de reposo y de cuidados que muchas veces se pasan por alto.

Tal vez tener una base en este nivel sirva para comprender lo que sucede a nivel psicológico, que es, en mi opinión, la cuestión más compleja del postparto. Ser consciente de que a nivel físico suceden cosas que tienen consecuencia en la forma en la que nos comportamos debería servir para empatizar más con la situación.

Una preparación al postparto en donde se hable de la salud mental

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A nivel psicológico también hay mucha tela de donde cortar. Muchas madres siguen hablando de la soledad que sienten tras el parto, aún teniendo a sus parejas al lado y aún pudiendo disfrutar estas de una baja por paternidad de 16 semanas. Esto da mucho qué pensar.

Debería existir un espacio en donde se hablase abiertamente de los cambios bruscos de humor que podemos sufrir, del sentimiento de culpa que nace en nosotras a la par que el bebé (incluso antes), de la enorme presión que tenemos las mujeres por querer hacer lo mejor que podemos como madres, pero también como parejas y profesionales. De todo lo que trae consigo la lactancia materna a nivel mental y de lo que implica que todo el mundo crea que tras parir, sabes perfectamente qué hacer en cada momento, cuando en realidad, nosotras también estamos aprendiendo sobre la marcha.

Un capitulo obligatorio sería la depresión postparto. Me atrevería a decir que un gran porcentaje la sufrimos, ya sea en mayor o menor medida, y que muchas no lo vemos hasta años después. ¿Qué sentido tiene que siga siendo tabú algo que sucede tan a menudo y por qué no se habla de esto y de las herramientas para prevenirlo a la persona que más cerca y más tiempo va a pasar con quien acaba de estrenarse como madre?

Una preparación al postparto en donde se hable de la importancia de su papel como padre desde que nace el bebé

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Al pensar en este tema lo primero que se me ha venido a la mente fueron las palabras de Elon Musk hablando sobre su papel tras el nacimiento de su hijo: “los bebés son solo máquinas para comer y hacer caca, ¿sabes? En este momento, no hay mucho que pueda hacer”, quiero creer que no todos piensan así.

El padre debe pasar de ser un mero espectador a un integrante activo, así sea la madre quien da el pecho. Siempre he defendido que empatizar con la madre es mucho más facil cuando el padre cuando está muy implicado.

Hacer piel con piel, compartir con el bebé, cogerle en brazos, sacar gases, acunarle, hablarle, darle paseos, levantarse en la noche cuando el bebé llore, además de todas las cuestiones a nivel logístico que implica la llegada del bebé a la familia son solo algunas de las cosas que deberían tenerse en cuenta de cara a ese momento. Tal vez hablarlo de forma abierta sería una buena fórmula para que ese momento tan complejo uniese a la pareja y fuese más llevadero para todos.


Compartir con otras parejas en la misma situación que tú  ese momento vital

Otro motivo por el que vendría muy bien un curso de preparación al  postparto podría ser el compartir con otras parejas en la misma situación que tú ese momento vital. 

Aislarse no es bueno y así podríamos juntos, en pareja, conocer a otras personas, ayudarnos entre todos a resolver problemas y sentirnos acompañados. Una especie de "club de padres y madres recientes" en el que pudiésemos expresar nuestros miedos, nuestras experiencias y por qué no, nuestros pequeños triunfos. Sinceramente, yo lo veo, y creo que a nosotros nos habría venido genial en ese momento. ¿Qué os parece a vosotros?

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