El lugar más seguro para el sueño del bebé es en su propia cuna en la misma habitación que sus padres o cuidadores. Existen pruebas científicas sólidas de que los bebés siempre deberían dormir boca arriba y nunca de lado o boca abajo.
¿Pero qué pasa si tu bebé se da la vuelta mientras duerme? ¿Deberías volver a ponerlo boca arriba? Si ya puede darse la vuelta por sí mismo, no hace falta, pero si no puede sí que deberías ponerlo boca arriba.
¿Por qué es tan importante que duerman boca arriba?
Las muertes súbitas en bebés (las muertes repentinas durante la infancia entre las que se incluyen el síndrome de muerte súbita del lactante y los accidentes mortales durante el sueño) han caído un 80% desde que se introdujeran campañas para fomentar el sueño seguro en los bebés en la década de los 90 y se estima que solamente en Australia ya ha salvado la vida a más de 9.500 niños.
Ahora existen pruebas irrefutables procedentes de diferentes países de que los bebés que duermen boca abajo (posición prona) tienen mucho más riesgo de padecer una muerte súbita. La ciencia también ha llegado a la conclusión de que dormir de lado no es seguro para los bebés, puesto que muchos se ponen a dormir boca abajo poco después de haber sido puestos de lado. Los bebés prematuros tienen más riesgo de sufrir una muerte súbita.
La postura en la que dormimos marca la facilidad para que nos despertemos durante el sueño, así como la cantidad de veces que lo hacemos. Despertarnos durante el sueño es un mecanismo físico de protección que los bebés todavía no tienen y por eso se puede producir una muerte súbita.
Cuando nos quedamos dormidos, la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la respiración se ralentizan, haciendo que hagamos pausas en la respiración (apneas). Si nos despertamos durante el sueño la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la respiración se aceleran.
Los estudios en bebés han demostrado que poner a un bebé boca abajo no solo hace mucho más difícil que se despierte durante el sueño, sino que también hace que le baje la presión sanguínea y reduce la cantidad de oxígeno en el cerebro.
En la cuna no debería haber nada aparte del bebé.
A algunos padres les preocupa que si ponen a dormir a su bebé boca arriba se puede asfixiar, pero si observamos las vías respiratorias de un bebé podemos ver que los bebés que duermen boca arriba tienen menos probabilidades de atragantarse con su propio vómito que los que duermen boca abajo.
Al estar boca abajo, la parte superior de las vías respiratorias está por encima del esófago, de ahí que la leche regurgitada que sube por el esófago se vuelva a tragar y no pase al aparato respiratorio. Sin embargo, si el bebé está boca abajo, el esófago se encuentra por encima de la parte superior de las vías respiratorias, por lo que si el bebé regurgita o vomita leche, es más fácil que la leche o el fluido entre en las vías respiratorias y llegue a los pulmones.
The Conversation, CC BY-ND
¿Qué pasa si mi bebé se da la vuelta mientras duerme?
Con solamente cuatro meses los bebés ya empiezan a darse la vuelta solos, aunque puede que no lo hagan hasta los seis meses porque primero necesitan desarrollar músculos más fuertes en la nuca y en los brazos para poder hacerlo.
A los bebés siempre hay que ponerlos a dormir boca arriba, pero una vez que puedan darse la vuelta solos, se les puede dejar que duerman en la postura que prefieran (aproximadamente a los cinco o seis meses). Si los bebés todavía no pueden darse la vuelta por sí mismos, entonces los padres deberían cambiar su posición y ponerlos boca arriba si se los encuentran durmiendo boca abajo.
Existen almohadas en forma de cuña y posicionadores para evitar que los bebés se den la vuelta, pero su uso no está recomendado porque pueden presentar peligro de asfixia. En la cuna no debería haber ningún objeto más allá del bebé y una manta para que no pase frío.
Un aviso importante sobre envolver o vendar al bebé
Si envuelves o vendas a tu bebé para dormir, deberás adaptarlo según vaya creciendo. A los bebés de dos o tres meses se les puede envolver con los brazos dentro para reducir los efectos del reflejo de Moro o cuando se sobresalta si siente que no está sujeto y tiene la sensación de caerse.
Los bebés de más de tres meses pueden tener la parte inferior envuelta, pero los brazos han de estar libres para no tengan problemas en usar sus manos y sus dedos, pudiendo apaciguarse a sí mismos y reduciendo el riesgo de que se pongan boca abajo.
El reflejo de Moro debería desaparecer a los cuatro o cinco meses, por lo que ya no es necesario envolverlos. Envolver o vendar a un bebé debería dejar de hacerse en cuanto el bebé empiece a girarse y NUNCA se debería poner a un bebé a dormir boca abajo si está envuelto o vendado.
Cada vez hay en el mercado más productos de cuidado infantil para envolver a los bebés y existen muy pocas pruebas de que mejoren la posición de los bebés al dormir, de que eviten que se den la vuelta o de que se reduzca el riesgo de muerte súbita.
Sin embargo si que existen pruebas de que los sacos de dormir para bebés bien ajustados (los que se ajustan en la zona del cuello, no tienen mangas y son del tamaño correcto para el peso del bebé) pueden ayudar a reducir el riesgo de muerte súbita porque hacen que el bebé tarde más en darse la vuelta y eliminan la necesidad de arropar al bebé en la cuna.
Autora: Rosemary Horne, Profesora Asociada y Directora Adjunta de The Ritchie Center, Universidad de Monash.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Traducido por Silvestre Urbón.
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