Hay mujeres que tienen anemia en el embarazo y ésta debe ser tratada desde el momento de su detección, pues de no ser así, podrían haber complicaciones en el parto, pero cuidando minuciosamente la anemia en la gestación, no habrá problemas ni para la mamá ni para el futuro bebé.
Para detectar la anemia hay varios factores comunes, entre los que se encuentra el cansancio, las bajadas de tensión, la piel más pálida, mareos, dolor de cabeza, insomnio, calambres en las piernas, etc. Muchas mamás con algunos de estos síntomas, achacan a la cesárea o al inicio de la lactancia su malestar, pero son signos claros de una anemia ferropénica, por lo que es necesario acudir rápidamente al especialista para recibir el tratamiento oportuno.
Para recuperarse de la anemia tras una cesárea, lo primero será la administración oral de un suplemento de hierro, pues cuando hay anemia ferropénica no se puede recuperar sólo con la dieta, aunque sea alta en hierro.
Hay que saber que el organismo no absorbe todo el hierro que se ingiere, por eso el tratamiento puede durar varios meses hasta que se recuperen los niveles normales de este mineral. Los alimentos ricos en vitamina C y tomar los suplementos fuera de las comidas, aumentarán la absorción del hierro.
El hecho de tomar dichos suplementos de hierro no supone olvidarse de aportarlo mediante la alimentación, por eso es necesario incluir alimentos ricos en hierro de fácil absorción, como el pescado, la carne, el hígado…, los vegetales también tienen hierro, pero no se precisan otros alimentos para ser mejor absorbido, como los cítricos, los kiwis, los pimientos, etc., alimentos ricos en vitamina C.
También hay que tener en cuenta, en caso de sufrir anemia, los alimentos que impiden una correcta asimilación del hierro debido a sustancias que contienen como oxalatos, taninos o fitatos, contenidos en verduras de hoja verde, cereales integrales, en el té o el café, etc.
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