Fumar implica un gran riesgo para la salud y conlleva graves daños para cualquier persona, más aún a las mujeres embarazadas. Se sabe que dejar de fumar antes del embarazo reduce significativamente los riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Ahora, los resultados de un nuevo estudio francés, publicados en BMC Medicine, van más allá y demuestran por primera vez que el consumo de tabaco, incluso si se abandona el hábito antes del embarazo, puede alterar la placenta.
El impacto del tabaco en 568 placentas
Aunque se ha demostrado que el consumo de tabaco durante el embarazo tiene muchas consecuencias negativas para la salud de la madre como del niño, todavía no se conocen bien los mecanismos que intervienen. En estudios anteriores se ha asociado el fumar durante el embarazo con alteraciones en el ADN de la sangre del cordón umbilical y en las células de la placenta.
Además, se sabe que la placenta desempeña un papel crucial en el desarrollo del feto, al tiempo que sigue siendo vulnerable a muchos compuestos químicos.
Pero hasta ahora no se había investigado el impacto que tiene fumar antes del embarazo en el ADN de la placenta.
Investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM) y el Instituto Nacional de Investigación Científica (CNRS) y la Universidad de los Alpes de Grenoble (Francia) han estudiado muestras de ADN en la placenta de 568 mujeres.
Midieron y compararon las consecuencias del consumo de tabaco en tres grupos de mujeres: no fumadoras (que no hubieran consumido tabaco tres meses antes del embarazo); ex fumadoras (mujeres que dejaron de fumar en los tres meses anteriores a la gestación) y fumadoras, que han seguido consumiendo cigarrillos en los tres meses anteriores al embarazo y durante el mismo.
La alteración del ADN se mantiene en la placenta
Uno de los hallazgos más sorprendentes de este estudio fue que, en el grupo de mujeres fumadoras, los científicos observaron alteraciones epigenéticas en 178 regiones del genoma placentario. Es decir, la secuencia del ADN no cambia, pero la forma en la que se expresan los genes puede verse afectada.
Estas alteraciones son mucho menos frecuentes en las mujeres que dejaron de fumar tres meses antes del embarazo. Aún así, encontraron cambios en 26 regiones.
Las regiones alteradas correspondían más a menudo a los llamados potenciadores, que controlan a distancia la activación o represión de los genes. Además, algunos de ellos se localizaron en genes que se sabe que tienen un papel importante en el desarrollo del feto.
La investigadora del INSERM, Johanna Lepeule, directora de este trabajo, señala:
"La presencia de ciertos cambios en el ADN en la placenta de las mujeres que dejaron de fumar antes del embarazo sugiere la existencia de una memoria epigenética de la exposición al tabaco".
Los próximos pasos tendrán por objetivo determinar si estas alteraciones afectan a los mecanismos que intervienen en el desarrollo del feto y si pueden tener consecuencias para la salud del niño.
Fotos | iStock
Vía | Universidad de los Alpes de Grenoble
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