Esta enfermedad puede localizarse en cualquier lugar, aunque mayormente se encuentra en el suelo o en el tracto de los animales. Crece y se multiplica sobre todo durante las épocas calurosas y su contagio suele producirse a través de una herida.
La creencia de que sólo se puede contraer a través de un hierro oxidado es algo que debemos desechar, lo cierto es que puede contraerse por cualquier tipo de herida, ya sea un corte, una quemadura, etc. Lo que sí existe es una relación directa entre la profundidad y suciedad de la herida con la posibilidad de contraer dicha enfermedad. Los niños pequeños son más propensos a caerse y sufrir pequeñas heridas, por eso es tan importante que la situación esté prevenida y los pediatras suelen administrar la primera vacuna cuando el pequeño cuenta con 6 meses de edad como máximo. Posteriormente, a los 18 meses, se realiza una nueva vacunación a la que llaman refuerzo y finalmente una llamada de recuerdo cuando el niño cuenta con 4 a 6 años.
Los especialistas aconsejan que para estar protegidos contra el tétanos, a continuación se administre una vacuna de recuerdo cada 10 años, esto evitará que aparezca una posible infección de tétanos durante toda la vida. Aunque no hace mucho elaboramos un post sobre la vacuna del tétanos, hemos visto la necesidad de reforzar lo escrito anteriormente para una mayor concienciación sobre la importancia de administrar la vacuna del tétanos cada 10 años.
Ante cualquier herida un poco sería siempre debemos acudir al especialista para así garantizar la salud del pequeño y nuestra tranquilidad.
Más información | Medline PlusEn bebés y más | La vacuna del tétano