El miedo a ir al dentista es algo común en niños (y adultos), ya que muchos de ellos lo relacionan con el dolor, o con otros miedos asociados con ir al médico o similares (como el miedo a las agujas o a las vacunas, a la sangre...).
Un estudio de la Universidad Austral de Chile, en el que participaron 200 niños y niñas de entre 6 y 10 años, encontró que el 22,5% de ellos tenía ansiedad dental.
Otro estudio de la Universidad de Monterrey, en cambio, que contó con 163 participantes de 6 a 12 años, encontró que el 64,4% de ellos manifestaba un miedo moderado a ir al dentista; el 28,8%, muy poco miedo; el 14,7% un poco de miedo y el 4,3% mucho miedo.
Sea como sea, se trata de un miedo habitual en la infancia; por suerte, como padres podemos acompañar a nuestros hijos en este miedo para que poco a poco lo afronten y que el hecho de ir al dentista no se convierta en una pesadilla para ellos.
Hablamos de las causas de ese miedo y ofrecemos algunas estrategias para ayudar a nuestro hijo si tiene miedo a ir al dentista.
¿Miedo o fobia a ir al dentista?
Primero de todo, es importante diferenciar los miedos de las fobias. El miedo es una emoción normal que existe en condiciones que lo justifican, y que nos ayudan a prevenir un peligro o a predisponernos para afrontarlo.
En cambio, la fobia (denominada fobia específica) es un trastorno psicológico, que puede activarse ante situaciones que realmente no son peligrosas o amenazantes (o no tanto como nuestra mente cree), y que conlleva una serie de síntomas físicos y psicológicos que nos bloquean.
El miedo es adaptativo, es una emoción más racional, mientras que la fobia, no es adaptativa y conlleva síntomas mucho más intensos.
Los niños pueden tener miedo a ir al dentista o un auténtico pánico a ir (es cuando hablamos de una fobia). De todas formas, sea el caso que sea, es importante acompañarlos para superar ese miedo y evitar que lo pasen mal y que este miedo les impida hacer sus revisiones odontológicas con normalidad.
Mi hijo tiene miedo a ir al dentista: posibles causas
Los miedos, y sobre todo las fobias, se adquieren a través de diferentes procesos:
- Experiencias traumáticas: en el caso del dentista, quizás tu hijo tuvo una mala experiencia en este contexto, le dolió mucho alguna intervención, no le avisaron de lo que le iban a hacer, etc.
- Condicionamiento vicario: si el niño ha visto a alguien cercano sufrir mucho ante la idea de ir al dentista, o durante el proceso, después de la intervención... esto puede favorecer su miedo. También favorece el miedo el hecho de haber visto a alguien sufrir mucho en el dentista en una película, por ejemplo, o en un libro.
- Las historias que han escuchado: si han escuchado historias de personas que lo han pasado mal en el dentista, esto también puede contribuir a generarles su fobia.
- Tener otras fobias relacionadas con el ámbito médico: el hecho de tener otros miedos relacionados con ir al médico, o miedos relacionados con la sangre (hemofobia) o las inyecciones (inyecciones), tener miedo a los hospitales, etc., también hace más probable que desarrolle una fobia similar.
¿Cómo ayudo a mi hijo si tiene miedo a ir al dentista?
1. Anticípale la visita, pero no en exceso
Es importante anticiparle cuándo tendrá la visita con el dentista, pero no en exceso. Si les anticipamos pueden ir haciéndose a la idea, y tienen tiempo para resolver sus dudas, tranquilizarse, usar técnicas de relajación o distracción...
Pero si se lo anticipamos con mucha antelación, esto podría ser contraproducente, porque podrían darle muchas vueltas a lo mismo y acabar sintiendo ansiedad anticipatoria. Con una antelación de uno o dos días, es suficiente.
2. Explícale por qué va al dentista
La información (que no sobreinformación) les puede tranquilizar; debemos explicarles por qué van al dentista (y nunca engañarles o distorsionar la realidad); por ejemplo "te harán una revisión de la boca, te harán una limpieza para que tengas los dientes sanos, te curarán para que no te duela más, tus dientes estarán mucho más fuertes...".
Si además es la primera vez que van al dentista, es importante explicarles qué hace este profesional, con un lenguaje adaptado a su edad. Por ejemplo: "el dentista es la persona que ayuda a las personas a tener una boca sana, ayuda a aliviar el dolor si les duelen los dientes".
Por otro lado, la explicación de por qué deben ir al dentista debemos transmitirla con tranquilidad y seguridad, y hacerles ver que es algo bueno para ellos.
3. Valida su miedo
Nuestros hijos deben saber que les entendemos, que entendemos su miedo y que es lícito que lo tengan, aunque también debemos evitar realimentar ese miedo. Por ello, no infravalores su emoción, pero acompáñale en ella.
Podemos utilizar frases como: "entiendo que te dé miedo porque la otra vez te hizo daño, pero esta vez no tiene por qué ser igual, y si te duele será soportable, el doctor se ocupará de que el dolor sea mínimo".
4. Los cuentos para trabajar el miedo: un buen aliado
En psicoterapia infantil se utiliza mucho el modelado simbólico, una técnica para superar fobias. Conlleva mostrar algún personaje que les guste a los niños afrontando su mismo miedo, ya sea a través de cuentos infantiles, libros, películas...
Esta técnica funciona porque los niños se sienten identificados con sus personajes favoritos (en cierta manera, sus referentes) y a la vez más valientes y capaces, al ver que ellos también tuvieron ese miedo y lo superaron.
Lógicamente, esta técnica debe utilizarse junto a otras estrategias para que sea efectiva; lo ideal es leer el cuento unos días antes de ir al dentista, por ejemplo antes de ir a dormir, e irlo repasando.
5. Buscar distracciones en la sala de espera
En la sala de espera podéis aprovechar para hacer algún crucigrama, contar chistes, adivinanzas, retos mentales, charlar de cómo ha ido el día... No hace falta que estén entretenidos todo el rato, pero llevar la atención a otro lado puede ayudarles a no pensar en eso y a estar más tranquilos cuando entren.
6. Hablar con el odontólogo
Puede ir bien comunicarle al odontólogo que nuestro hijo tiene miedo a ir al dentista, y pedirle que le explique bien lo que le va a hacer en cada momento, qué herramientas utilizará, etc.
También podemos valorar con el profesional el hecho de utilizar algunas estrategias que puedan relajar a tu hijo, como por ejemplo la música. Y sobre todo, reforzad juntos que haya podido ir y su esfuerzo por estar ahí.
7. No dejar de ir al dentista
Para trabajar las fobias y los miedos es importante no caer en el error de evitar afrontar las situaciones que generan temor. Las fobias se superan afrontándolas, exponiéndonos a las situaciones ansiógenas.
De hecho, la evitación solo cronifica el problema (e intensifica el miedo). Para ello, no hace falta que la exposición sea "de golpe", ni tampoco debemos forzar la situación, pero sí se recomienda naturalizarla y que el pequeño no deje de ir al dentista por eso. Y si necesitamos ayuda extra, siempre acudir a un profesional, un psicólogo infantil, que nos ayude.
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