Los lácteos son beneficiosos para el sueño por su contenido en triptofano, esta sustancia favorece el sueño, por eso ya desde antaño, aunque no se supiera exactamente por qué, nuestras madres y abuelas, nos daban un vaso de leche tibia para que durmiéramos mejor.
Entre los alimentos que favorecen el sueño se encuentra el arroz, la pasta, la avena, la soja, los guisantes, el tomate, la lechuga, la patata (mejor cocida)...
Por el contrario, una copiosa cena, o comer carne (sobre todo la de caza) propiciarán un mal descanso y ya no hablar de los refrescos de cola, éstos para nada deben tomarlos acompañando a una cena y si se evitan en las comidas, mejor. Habíamos dicho una copiosa cena, cualquier tipo de cena con exceso de alimentos no es nada beneficioso para la inducción del sueño, aunque tampoco es bueno no cenar nada, ya se sabe que los extremos son siempre perjudiciales.
Respetar los horarios nocturnos es muy importante, la rutina en los niños favorece su bienestar, dejar que pase un tiempo prudencial entre la cena y la hora de ir a dormir también es muy recomendable, ya que así das tiempo para que la digestión no pueda dificultar el sueño de tu hijo.
Poniendo en práctica estos hábitos se puede conseguir que el sueño de tu hijo sea más relajado y que su descanso no sea perturbado.
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