La realidad es que las diferentes variedades de cítricos son muy saludables, la importancia de la elección radica en el punto óptimo de maduración, que las frutas elegidas estén verdaderamente jugosas, ideales para ser consumidas, logrando así que el niño disfrute plenamente del sabor.
Naranjas y mandarinas se llevan la palma, en cuanto al limón o al pomelo, difícil será que a un niño le guste el zumo de estas frutas recién exprimidas, por esta razón siempre se añaden otro tipo de frutas para realizar un combinado que resulte apetecible para el niño. Un problema que nosotros encontramos en cuanto a estas frutas, es la existencia de una ley que permite el uso de difenilo (concretamente en las naranjas), un conservante que evita un tipo de hongo, conservando la fruta en perfecto estado durante más tiempo, lo malo es que este conservante puede resultar tóxico para niños y ancianos, y aunque sea aplicado en el papel de empaque, lentamente penetra en la piel pudiendo llegar a la fruta. La elección de estas frutas pensamos que puede conllevar algún riesgo.
Por esta razón, nosotros siempre compramos cualquiera de los cítricos, mandarinas, naranjas, pomelos o limones, a un agricultor que conocemos, es más, nos permite recolectar lo que deseamos comprar directamente del árbol.
La compra de frutas ecológicas es una buena opción que garantizará la ausencia de los posibles conservantes que se suelen utilizar para proporcionar una mejor apariencia a las frutas.
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