Descubren un polémico método para curar la alergia a las proteínas de la leche de vaca en bebés
La alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) es la alergia alimentaria más frecuente en la infancia, y un auténtico problema tanto para el niño como para los padres, que tienen que estar constantemente alerta para evitar que coma algo que pueda llevar dicha proteína (teniendo en cuenta que numerosos alimentos se hacen con leche).
El único tratamiento hasta la fecha era evitar toda exposición a los lácteos y alimentos que contienen la proteína, y esperar hasta el momento, normalmente más allá del año de vida, en que intentar lo que se denomina las "pruebas de provocación", que consisten en dar muy pequeñas cantidades del alérgeno para valorar la respuesta, y si es satisfactoria, ir aumentando poco a poco la cantidad.
Un estudio reciente, presentado en el pasado 41º Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), ha demostrado que en la mayoría de casos, si la provocación se realiza mucho antes, los bebés se curan antes. El problema es que el tratamiento genera polémica porque eso supone dar cada vez más leche de vaca, en una edad en la que muchos siguen siendo amamantados.
Iniciar la inmunoterapia en el momento del diagnóstico
Según leemos en Heraldo, la investigación la ha llevado a cabo un equipo de pediatras alergólogos del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza, reconocido por su labor e investigación en dicho campo, y es novedoso porque en vez de esperar seis meses desde la última reacción alérgica, como se hacía hasta ahora, sugiere que el tratamiento se inicie tan pronto como aparezcan los síntomas.
El objetivo es lograr la superación de la alergia cuanto antes para evitar posibles riesgos y consecuencias de una reacción alérgica accidental, y para hacer que el bebé pueda tener una calidad de vida igual que la del resto de niños no alérgicos.
Resultados positivos en el 98% de los casos
Así como en los casos de provocación en niños de entre 8 meses y 4 años los resultados positivos (superación de la alergia) pueden ser de hasta un 75% aproximado (según este estudio cuya muestra, eso sí, es pequeña), en esta investigación realizada con 251 lactantes con una edad media de 5 meses, han demostrado que el 98% de ellos logran ser tolerantes a las proteínas de la leche de vaca antes de los 12 meses de edad.
Además, hay que tener en cuenta algo importante: todo se ha llevado a cabo con bebés cuya APLV era IgE mediada, que son las más peligrosas, al provocar mayor reacción alérgica y más rápido. Es decir, las IgE no mediadas son más leves y los síntomas aparecen más allá de las dos horas tras consumir el alimento. Además, se resuelven antes, mientras que muchas APLV IgE mediadas pueden seguir afectando a los niños hasta la adolescencia.
Cómo llevan a cabo la provocación
El tratamiento consiste en empezar con cantidades muy bajas de leche, ofrecidas de manera regular, aumentando poco a poco hasta llegar a la cantidad que se considera adecuada para la edad del niño.
Lo que se consigue de este modo es "obligar" al sistema inmunitario a acostumbrarse al alimento, y a dejar de reaccionar ante su presencia. O lo que es lo mismo, inducir la tolerancia a la leche, en un tratamiento que probablemente se puede hacer, en realidad, con cualquier otro alimento que provoque alergia.
Pero...
Pongamos que un niño es amamantado y que al irse la madre a trabajar opta por que se le ofrezcan biberones de leche artificial en su ausencia, y sufre una reacción alérgica que acaba en diagnóstico de APLV.
¿Cómo proceder? Es muy posible que los padres decidan evitar los lácteos, obviamente, y esperar al comienzo de la alimentación complementaria (o adelantarla si por edad es factible), para que la alimentación del pequeño siga siento teta y comida (que es lo que se hacía hasta ahora).
De hecho, no solo es lo más frecuente, sino que es la opción más recomendable hasta los 12 meses: leche materna como alimento principal, complementada con diversos alimentos, como verdura, fruta, carne, pescado, legumbres e incluso huevo, sin ningún riesgo de alergia por no consumir lácteos. Es la más recomendable, pero esa la opción que no resolvería la alergia en esa edad.
La otra posibilidad sería optar por realizar el tratamiento e ir ofreciendo cada vez más leche artificial, hasta que consumiera una cantidad tal que ya se diera la alergia por superada. El problema es que este consumo de leche en biberón podría acabar por desplazar la lactancia materna, más si se suma con la alimentación complementaria.
En esta situación podría ser más complicado llegar a la recomendación de la OMS y la AEP, de amamantar si es posible hasta los 2 años de edad, y a partir de ese momento hasta que la madre y/o el bebé quieran, precisamente por provocar una lactancia mixta en una edad temprana (recordad que el estudio se hizo con niños de 5 meses de edad media) para superar una alergia que, como digo, puede no suponer mayor problema si no se ofrecen lácteos ni los alimentos procesados a los que se le añade leche en su composición.
En cualquier caso, todo depende del mensaje que reciban los padres. Si se les alienta para que sigan con la lactancia, según las recomendaciones oficiales, o si se les alienta a superar la alergia antes, a riesgo de entorpecer la lactancia materna. Y depende, obviamente, de la decisión final de cada familia, que son los que tienen la última palabra. Con información imparcial y veraz, son ellos los que deben decidir cómo proceder.
Fotos | iStock
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