Así lo comprobó también un grupo de científicos alemanes que realizaron un estudio con 1.700 niños y concluyeron que los menos activos tienen un cincuenta por ciento más de probabilidades de enfermar que sus pares más activos.
Un ejercicio moderado refuerza el sistema inmunitario, haciendo a los niños que acostumbran a hacer actividades al aire libre (o no) más resistentes a los virus que pululan en esta época del año.
En cambio, los niños sedentarios e inactivos son más propensos a desarrollar resfriados y gripes, enfermedades típicas invernales.
Así que padres, ya sabéis. Abrir las puertas y que los niños salgan a jugar al aire libre es la mejor prevención antes los resfriados. Eso sí, bien abrigaditos
Vía | CNN Más información | Yahoo News