A continuación colocaron los mioblastos en una superficie de colágeno creando un tejido vivo en tres dimensiones adecuado para trasplantarlo en el corazón del ratón enfermo. Dicho tejido latía estimulado por los impulsos eléctricos y las células que componían este tejido, producían una determinada proteína que servía como canal de iones entre células, de esta manera se establecía una conexión eléctrica entre ellas. Finalmente, este tejido fue implantado en el ratón enfermo, entre la aurícula y el ventrículo derecho, estas se integraron al tejido cardíaco perfectamente. Durante la vida de estos ratones, el tejido ha funcionado perfectamente, lo cual hace pensar que se puede aplicar la misma técnica a los niños que padezcan el bloqueo cardíaco.
Es un gran descubrimiento que facilitará el abandono de los marcapasos en este tipo de patología. El marcapasos es el recurso que más se emplea para evitar el bloqueo cardíaco, el problema es que en los niños, los marcapasos tienen más fallos y provocan que éstos pasen más veces por el quirófano para volver a reimplantarlo. Los marcapasos tienen en este caso los días contados.
Vía | Europa press