Al ser el píloro tan estrecho, el alimento que ha sido procesado en el estómago no puede pasar a través de él hacia el intestino, la consecuencia es la acumulación de las sucesivas comidas y los correspondientes vómitos. Como sabemos, los vómitos son contraproducentes ya que el niño no se alimenta adecuadamente, pierde sustancias necesarias para su organismo, pierde peso y se deshidrata. Controlar desde el nacimiento del pequeño sus vómitos es necesario, además se caracterizan de una manera muy peculiar, el alimento sale con mucha fuerza y da la impresión de ser un pequeño chorro, éste está compuesto sobre todo por la leche que no ha digerido y el moco que fabrica el estómago.
Cuando el pequeño padece estenosis hipertrófica de píloro sus vómitos comienzan distanciados y con poca fuerza, pero a medida que avanzan los días, son más frecuentes y con más fuerza. Ante una situación así no dudes en acudir rápidamente al pediatra que se encargará junto con el radiólogo de realizar las pruebas pertinentes y descartar o diagnosticar el padecimiento de la enfermedad.
El quirófano será un paso obligatorio, la operación es sencilla y favorable en la mayoría de los casos, aunque como ya indicamos habitualmente, cada caso es distinto y sólo el diagnóstico certero de los especialistas dará con la solución.
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