Es un alimento que se puede incluir en cualquier régimen, ideal para tomarlo en el desayuno, ya que de esta forma se ayuda a preparar al intestino para recibir los alimentos del resto del día, aunque es igualmente beneficioso como postre o como merienda. No hay excusa para que tu hijo no tome un yogur, pues hay todo tipo de variedades y sabores.
Hay que tener en cuenta que el yogur combate las diarreas y el estreñimiento y además reduce los efectos negativos de los antibióticos, en caso de que el niño lo tome cuando esté enfermo. Las vitaminas del grupo B que aporta el yogur, son muy útiles, ya que éstas impiden que se desarrollen microorganismos de la putrefacción en el intestino, ejerciendo una acción desintoxicante.
Razones son muchas para incluir en la dieta de nuestros hijos el yogur ya que a partir de los seis meses, parte de los nutrientes que necesita tu hijo, los puede proporcionar el yogur, pero para esta edad, lo mejor es un yogur natural y debemos dárselo a temperatura ambiente, nunca de la nevera.