Citomegalovirus en el embarazo: una infección desconocida pero muy peligrosa para el bebé

Citomegalovirus en el embarazo: una infección desconocida pero muy peligrosa para el bebé
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¿Sabes que es el virus del zika? Seguramente sí, porque causa malformaciones muy graves en los bebés cuando la madre contrae la infección durante el embarazo. De hecho, el último brote en Brasil hace dos años abrió los informativos de todo el mundo.

¿Y el virus del citomegalovirus (CMV)? Quizás no, y eso que sus riesgos son mucho mayores para las mujeres embarazadas. De hecho, "es la causa más frecuente de infección congénita en países desarrollados (entre 0,3 y 0,6% de los recién nacidos en Europa)", según explica la doctora Pilar Tirado, neuróloga pediátrica del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca (Madrid).

Nos cuenta en qué consiste, cómo se transmite y cómo puede afectar al recién nacido, e incide en la importancia de incluir el análisis de los anticuerpos de CMV en los controles universales del embarazo, dado las graves consecuencias que tiene para el desarrollo general del feto.

¿Qué es la infección por Citomegalovirus?

Causada por el virus Citomegalovirus (CMV), está presente en todo el mundo. Se estima que es una de las infecciones más frecuentes (aproximadamente el 90% de las personas lo contraemos, sobre todo durante la infancia), pero no somos conscientes de ello, ya que la mayor parte de las veces cursa sin síntomas. Es decir: nos infectamos pero no enfermamos.

Cuando es adquirida produce un cuadro benigno, por lo que puede pasar desapercibida. Los síntomas son: amigdalitis, hepatitis leve, fiebre y malestar general durante una o dos semanas. Incluso puede aparecer como un cuadro catarral leve.

El principal problema radica en la infección congénita, adquirida antes de nacer. En estos casos es muy grave para el feto y afecta a todo su desarrollo general.

Su incidencia está entre el uno y el cuatro por ciento de las gestantes no inmunizadas. Si la madre enferma, el 40% de los fetos se infecta y un 10% presentará síntomas al nacimiento.

De ahí la importancia de que el estudio del CMV se incluya en los controles del embarazo para detectar su presencia.

¿Qué riesgos tiene para el bebé?

Los peligros para el feto son mucho más importantes que para un adulto: puede afectar a su desarrollo general, sobre todo al cerebro.

Los síntomas más frecuentes derivados de esta infección son:

  • Retraso del crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer.

  • Parto prematuro.

  • Afectación reticuloendotelial. Es muy común y se presenta como exantema petequial (erupción y manchas rojizas) o ictericia.

  • Deterioro del sistema nervioso central. Daña al cerebro en formación, pudiendo provocar desde muerte neuronal a malformaciones. De hecho, este virus es el principal causante de microcefalias (tamaño pequeño de la cabeza).

Estas lesiones cerebrales causan retraso mental en diferentes grados, afectación motriz o parálisis cerebral y epilepsia.

Sin embargo, la capacidad de recuperación del cerebro del niño (la llamada plasticidad neuronal), abre una ventana de esperanza a su recuperación. Por eso, las secuelas a largo plazo no se pueden establecer hasta que el niño vaya desarrollando sus funciones cerebrales.

  • Problemas oculares. En un 10 por ciento de los casos. La enfermedad más común es la coriorretinitis, una inflamación de la coroide (un recubrimiento de la retina) que afecta a la visión.

  • Hipoacusia neurosensorial bilateral. La falta de audición afecta a dos de cada tres niños con la infección. Puede ser progresiva en 2/3 de los pequeños e ir empeorando con la edad. El CMV es el principal causante de sordera en recién nacidos.

Por eso, los niños con problemas auditivos tienen que seguir controles auditivos periódicos hasta los tres años, pues tienen riesgo de desarrollar la sordera durante este tiempo.

Así se contagia 'la enfermedad del hermano mayor'

Embarazada hablando con el médico

El CMV se propaga con los fluidos corporales, como la saliva y la orina.

La infección fetal se produce tras el primer contacto de la madre con el virus, sobre todo durante el primer trimestre de gestación. Raramente ocurre si la futura mamá ya está inmunizada (por haberla padecido), aunque es posible.

Se conoce como "la enfermedad del hermano mayor", ya que suelen ser los hijos pequeños quienes la traen a casa tras ser contagiados por otros niños. Por eso, las embarazadas que no estén inmunizadas deben tener especial cuidado y lavarse las manos antes y después de los cambios de pañal, y durante las infecciones catarrales.

Además, también puede transmitirse con los besos y las relaciones sexuales.

Una vez que el virus entra en el organismo, queda allí para toda la vida y puede volver a reactivarse.

Tratamiento

No hay programas universales para detectar la infección en los recién nacidos ni en el embarazo. De ahí la importancia de establecer programas de detección universal de la presencia de anticuerpos contra el CMV entre las embarazadas.

Porque aunque un bebé que tiene la infección puede parecer sano, los problemas de salud o discapacidades pueden presentarse dos años o más después del nacimiento, o incluso no aparecer nunca.

Sin embargo, si se descubre la enfermedad a tiempo, la embarazada puede ser tratada con Inmunoglobulinas. Y el bebé, durante sus primeras semanas de vida, con antirretrovirales, que disminuyen la carga vírica y mejoran el pronóstico de la enfermedad.

Los estudios han demostrado que el tratamiento es beneficioso incluso para los recién nacidos que no presentan síntomas de la infección: reducen las complicaciones que pueden aparecer más adelante, mejorando sobre todo los problemas auditivos.

Así que como conclusión tenemos que quedarnos con la idea de que se trata de un virus muy peligroso para el bebé cuando la madre lo porta estando embarazada.

Como la CMV no suele presentar síntomas en los adultos, es necesario que la prueba de anticuerpos se incluya dentro de los análisis rutinarios a las embarazadas, ya que un tratamiento a tiempo puede reducir sus efectos graves.

Y es importante que los médicos expliquen las consecuencias del virus a las embarazadas y las medidas básicas para minimizar los riesgos de contagiar a sus bebés.

Más información | Documento de consenso de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica sobre el diagnóstico y el tratamiento de la infección congénita por citomegalovirus

Fotos | iStock

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