La neofobia es el miedo a la incorporación de nuevos alimentos en la dieta, este es un trastorno muy frecuente que suele darse entre los niños, se niegan a comer alimentos que no conocen y que no han probado nunca, a pesar de lo necesarios que son para su adecuado desarrollo.
Está claro que no todo el mundo reacciona igual frente a una novedad alimenticia, unos lo hacen con pasión y con ganas de probar y otros automáticamente rehuyen de éstos demostrando una especie de resistencia patológica. Estas reacciones las podemos observar con frecuencia en cualquier situación y en personas de distintas edades, tienden a rechazar lo nuevo, ya sea alimentación, ropa, etc. incluso presentan una especie de miedo algo anormal.
La neofobia en los niños, principalmente en los más pequeños, es una de las causas principales para que tengan inapetencia. Por eso es tan importante no forzar a los niños a que coman un determinado alimento e intentar la incorporación de éste poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Si la primera vez que introduces un determinado alimento al niño, no lo ha aceptado de buen grado, no se lo des al día siguiente nuevamente, espera unos días ya que el niño podría asociar una experiencia traumática (vómitar) con ese alimento y esto haría que lo rechazara con más fuerza.
Es importante que cuando introduzcas un nuevo alimento, lo hagas más atractivo al niño acompañándolo con gracias o bromas. La temperatura también tiene que ser la correcta, ya que si estuviera un poco más caliente de lo normal o demasiado frío, sería la excusa ideal para ni tan siquiera probarlo. Es muy importante que la actitud de los padres sea óptima antes este tema, si el niño comprueba que comemos de todo, que no nos decantamos por algo en especial y que le damos la misma importancia a todos los alimentos, ayudará en la labor de introducirlos en su dieta.
Cuando el bebé ha cumplido seis meses, comenzamos a ofrecerle diversos alimentos que en principio tienen una aceptación general, pero con el transcurso del tiempo el niño tiende a desarrollar una predilección por determinados alimentos, aquí es cuando los padres debemos ampliar su repertorio alimenticio. Según indican algunos especialistas, la neofobia está relacionada con la manera de criar y alimentar al niño, por tanto somos nosotros quienes podemos influir notablemente al niño para que desarrolle o no este trastorno, además, tener una dieta monótona y poco variada puede provocar perfectamente la neofobia.
Este trastorno puede aparecer por primera vez con el destete, pero también puede darse por primera vez en los niños a partir de los tres añitos, coincidiendo con el desarrollo de su personalidad y la constatación de sus preferencias.
Procura ofrecer a tu hijo todo tipo de alimentos, no ofrezcas solamente lo que sabes que aceptará, es una manera de predisponer a que el niño adquiera este trastorno. Para un adecuado desarrollo del niño debemos insistir en su adecuada alimentación, aunque de momento no se den cuenta, de mayores nos lo agradecerán.
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