La vacuna de la triple vírica está asociada con el autismo, dijo un estudio realizado por el Dr. Andrew Wakefield en 1998 y publicado en The Lancet. Cuatro años después de publicarse dicho estudio un reportero, Brian Deer, empezó a tirar del hilo y halló pruebas de que había conflictos de intereses por parte de Wakefield y algunos de los coautores del estudio.
Explicándolo brevemente, consiguió desacreditar la vacuna de la triple vírica (contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis) con la intención de publicitar y vender después una vacuna que vendría a salvar a todos los niños del peligro de la primera.
El problema es que le pillaron a él y a sus compinches, y Darryl Cunningham, un escritor y dibujante de cómics que está escribiendo un libro científico en formato de cómic, ha decidido que uno de los capítulos debía dedicarse al caso Wakefield.
Aunque se trata de un cómic, todo lo relevante de lo sucedido está explicado. Casi podría decirse que es como ver una presentación en diapositivas de lo que ocurrió, sin la figura del conferenciante que nos de más datos para profundizar. Así, el que quiera ir más allá que busque información extra y el que simplemente quiera informarse de lo que sucedió podrá saberlo en un momento mirando las imágenes y leyendo los textos.
El Dr. Juan Delgado, pediatra de cabecera, tradujo en su día el cómic y además lo convirtió en la presentación que os muestro arriba (nuestro agradecimiento por dicho trabajo desinteresado).
Qué difícil es saber la verdad acerca de las vacunas cuando cabe la posibilidad de que alguien invente estudios y datos acerca de una vacuna (ya sea a favor, ya sea en contra). Como siempre, o como muchas veces, tenemos que ser los padres de nuestros hijos quienes decidamos qué creer o de quién fiarnos. Difícil, ¿verdad?
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