En verano debemos prestar especial atención tanto a la piel de nuestros peques como a sus ojos. Ciertos factores propios de esta época del año, como el sol, la sal del mar, el cloro de las piscinas o el aire acondicionado pueden afectar a su salud ocular.
Al igual que los adultos nos protegemos los ojos en verano, con más razón deberíamos proteger a los niños ya que sus estructuras oculares están en pleno desarrollo y los daños que el ojo pudiera sufrir en esta etapa podrían causar problemas futuros.
Proteger la salud ocular de los más pequeños es muy sencillo si seguimos unos consejos básicos de prevención tanto dentro como fuera del agua.
Gafas de sol de calidad
Si los adultos protegemos nuestros ojos con gafas de sol, ¿por qué no hacer lo mismo con los ojitos de nuestros hijos?
Dicen los expertos que si los niños utilizasen gafas de sol homologadas evitarían la aparición de muchas patologías oculares futuras que están estrechamente relacionadas con la radiación recibida durante los primeros años de vida.
Por ello, los oculistas recomiendan que en países de mucho sol como el nuestro, los niños utilicen siempre gorros o viseras y gafas de protección solar con filtro de rayos UVA y UVB, de venta en ótpicas.
Gafas de buceo para el agua
Las piscinas y el mar son un importante foco de irritaciones oculares e infecciones, por lo que se recomienda que los peques se bañen siempre con gafas de buceo. De esta forma les evitaremos los molestos ojos rojos ocasionados por el cloro y la sal, así como problemas de lagrimeo continuo, irritación o visión borrosa.
Protección frente al aire acondicionado y los ventiladores
El uso prolongado del aire acondicionado, tanto en la vivienda como en el coche o de ventiladores, sobre todo si el aire incide de forma directa, pueden provocar, entre otros problemas, el síndrome del ojo seco. Esto puede llevar a los niños a padecer molestias oculares leves y a rascarse los ojos con frecuencia.
Si tenemos bebés o niños pequeños y vamos a usar aire acondicionado, es importante hacerlo siguiendo unas recomendaciones básicas para evitar problemas de salud, pero si aún así nuestros peques se quejaran de los ojos, podemos combatir la sequedad utilizando suero fisiológico o lágrimas artificiales.
Lavarles las manitas con frecuencia
Esta norma debería ser básica en cualquier época del año, y ya no sólo como una medida de prevención de enfermedades oculares sino de otro tipo de infecciones respiratorias o gastrointestinales.
Si los niños se frotan los ojos con las manos sucias o llenas de arena, pueden provocarse infecciones o daños en el globo ocular, por lo que el lavado frecuente es una de las medidas preventivas más importantes.
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