La miopía, hipermetropía o el astigmatismo son algunos de los problemas de visión que con más frecuencia obligan a los niños a llevar gafas
Hay algunos niños que aceptan de muy buen grado tener que llevar gafas, y su adaptación a ellas no supone ningún problema. Pero no a todos los pequeños les gusta la idea, y hay quienes se sienten incómodos, se ven diferentes o incluso temen que sus amigos puedan decirles algo. En estos casos, ¿cómo podemos ayudarles a que acepten mejor el cambio?
Cuida lo que dices sobre las gafas
Cuando el oftalmólogo confirme la existencia de una patología ocular que obligue a tu hijo a llevar gafas, cuida muy bien la forma de enfocar este tema, pues si tu hijo te escucha decir cosas como: "¡qué faena!", "qué lastima que tenga que llevar gafas, con los ojos tan bonitos que tiene", "no va a querer llevarlas".... se formará una imagen negativa que afectará a la hora de aceptarlas.
Del mismo modo, otorgar excesiva importancia a este tema también puede ser contraproducente, pues las gafas no definen al niño ni deben convertirse en el centro de su día a día. Así pues, cuidémonos de no alabar continuamente a nuestro diciéndole lo guapo que está con las gafas, y de no convertir las lentes en el tema de conversación por excelencia.
Comienza poco a poco
Los primeros días puedes empezar por ponerle las gafas por cortos periodos de tiempo, e irlos ampliando gradualmente para aumentar la tolerancia del niño. Si el niño ya es grande, quizás sea mejor probar antes las nuevas gafas en casa que mandarle desde el primer día con ellas al colegio, pues si no se siente lo suficientemente cómodo y a gusto con ellas es posible que se las quite en cuanto tenga ocasión.
Para empezar con buen pie, escoge una hora del día en que la que el peque esté descansado y de buen humor. Prepara alguna actividad favorita o divertida para entretener con ella al niño y mantenerle suficientemente ocupado. Es una buena forma de ayudarle a que se adapte a las gafas sin que esté constantemente preocupado por ellas.
La manera de ir incrementando los intervalos de tiempo es algo que debéis ir explorando juntos. Para convertir las gafas en una rutina más de la vida cotidiana del niño, una idea es ponérselas por la mañana como parte de la rutina de vestirse y quítarselas antes de la siesta, el baño o la hora de acostarse, siempre ajustándonos a las necesidades que vengan marcadas por el tipo de problema visual que exista.
Escucha a tu hijo y valida sus sentimientos
Tener que llevar gafas es algo completamente nuevo para el niño, especialmente si no hay en la familia otras personas que las utilicen y que puedan servir de referencia. Por eso es normal que el pequeño tenga dudas y miedos o le cueste enfrentarse a esta nueva situación.
Al igual que hemos recomendado en otras muchas situaciones, no restes importancia a sus sentimientos. Escucha lo que siente, cuáles son sus miedos y deja que se exprese con libertad y sin censuras. Solo así podremos entender qué es lo que está pasando por su cabecita y cómo podemos ayudarme a afrontar la nueva etapa de la mejor forma posible.
Deja que el niño elija las gafas a su gusto
A la hora de comprar las gafas a tu hijo, dentro de la gama de posibilidades que consideres, deja que él pueda elegir aquellas que más le gusten (forma, color, estampaciones de fantasía...) y respeta sus gustos, pues esto ayudará a que las acepte mejor e incluso se muestre entusiasmado por llevarlas.
Además, es recomendable que acudas a una óptica en la que tengan un trato especialmente sensible con los niños, ya que un profesional entregado, que invite al peque a probarse determinados modelos, que le asesore y que comprenda sus necesidades, dudas y miedos, es de gran ayuda.
Mucho cuidado con los comentarios despectivos
Al hilo de lo anterior, sobra decir que los comentarios despectivos o irrisorios en torno a las gafas no solo no contribuirán a que el niño las acepte, sino que pueden dañar seriamente su autoestima.
En este sentido, si detectamos que en el entorno escolar algún otro niño se burla de las gafas de nuestro hijo o le critica por llevarlas, es recomendable estar atentos a cómo evoluciona la situación, y si tenemos cualquier duda, nuestro hijo se muestra especialmente afectado o las críticas no cesan, ponerlo en conocimiento del colegio. Además, es necesario trabajar con nuestro hijo su autoestima, mostrándole todas las cualidades positivas que tiene y enseñándole a defenderse de comentarios hirientes.
Todos somos iguales
Es muy importantes que los padres eduquemos a nuestros hijos en la diversidad y la tolerancia, enseñándoles que todas las personas somos iguales a pesar de las diferencias que visiblemente podamos tener. Si hacemos este trabajo educacional, será más sencillo que el niño acepte determinadas situaciones que le hagan verse "diferente" externamente con respecto a los demás, como el hecho de tener que llevar gafas.
Habla con tu hijo sobre su salud visual
Habla con tu hijo sobre la importancia de la salud visual y las consecuencias de no ponerse las gafas. Hazlo sin dramatizar y sin asustarle, y adaptando la explicación a su edad del niño y a su nivel de comprensión. Es importante que el niño entienda las consecuencias negativas para sus ojos que puede tener no llevar las gafas el tiempo recomendado por el oftalmólogo.
Pide ayuda a un profesional
Al hilo del punto anterior, tanto el oftalmólogo como el optometrista pueden ayudar a tu hijo en este proceso, ya que están acostumbrados a tratar con niños, a informarles y a lograr que estén contentos con sus gafas. De este modo, si tu hijo se muestra bastante reticente a llevar lentes, en vuestra visita al especialista anímale a que consulte todas sus dudas y miedos con ellos, pues estarán encantados de ayudarle.
Si tu hijo es pequeño, plantéales tú las dificultades que estáis encontrando en el proceso de adaptación a las gafas, y seguro que te aportarán ideas y sugerencias que os serán de gran utilidad.
Busca una persona de vuestro entorno que lleve gafas
Si en vuestro entorno familiar o de amigos cercanos hay una persona que use gafas, lo más recomendable es que hable con el niño sobre ellas, aclarando todas sus dudas y enseñándole a quitárselas y ponérselas con precaución, a cuidarlas, a limpiarlas... En definitiva, a hacerse responsables de un artilugio que le ayudará a mejorar su salud visual y, por tanto, su calidad de vida.
Y es que cuando hay tantas dudas y reticencias, el niño que debe usar gafas se sentirá más escuchado y comprendido por otras personas de su entorno cercano que estén viviendo lo mismo que él.
Héroes y otros personajes de dibujos animados que usan gafas
Otro truco que puede animarles a llevar las gafas y estar más contentos con ellas es ponerles ejemplos de personajes de dibujos o de ficción que admiren o les gusten y con quien se puedan identificar. Por fortuna es cada vez más frecuente encontrar personajes protagonistas o secundarios con gafas, por lo que te resultará fácil dar con ejemplos que tu hijo conozca.
Ahí van algunas sugerencias: Harry Potter, Gerónimo Stilton, Lupita (los Lunnis), los Minions, Alya (la amiga de LadyBug), Papá Pig y Pedro Pony (Peppa Pig), Amaya (Buhíta, de los PJ Mask), Nobita (Doramon), Vilma (Scooby Doo), Leo (little Einsteins)...
Juegos y lecturas
Y por supuesto, otro recurso que nunca falla es introducir esta nueva situación a través del juego. Por ejemplo: fabricando unas gafas de juguete con materiales reciclados o con plastilina, jugando a disfrazarse con gafas de juguete, poniendo gafas a los muñecos del niño, jugando a oftalmólogos y ópticos...
También la lectura de libros cuyos personajes lleven gafas o cuya historia pueda aplicarse al uso de lentes puede ser de gran utilidad para que el niño vaya adquiriendo esta nueva rutina.
Fotos | iStock, Pixabay
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