Muere un niño de 4 años por una complicación derivada de la varicela

Si hace unos días os explicábamos el caso de una madre que decidió compartir las fotos de su hijo de once meses con una infección en la piel secundaria a la varicela hoy os traemos una complicación aún más grave, la de un niño de 4 años que murió ayer por una infección generalizada de una bacteria que se aprovechó de que el niño estaba cursando una varicela.

Sucedió en el Hospital Universitario Cruces, en Barakaldo, donde la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Bizkaia informó ayer de la muerte del niño, que sufría una varicela desde varios días atrás.

Al parecer, el niño estaba en casa esperando a que el virus fuera desapareciendo (como todo niño con una varicela normal y corriente), cuando de repente empezó a empeorar drásticamente. Fue trasladado desde el domicilio hasta el hospital donde ya ingresó con parada cardiorrespiratoria. Una vez en el hospital, poco se pudo hacer, y tras ver que las maniobras de reanimación eran infructuosas, los médicos declararon la muerte del pequeño.

Murió por una sepsis estreptocócica

Los análisis microbiológicos que se han hecho para conocer la causa del empeoramiento repentino del niño indicaron que el germen que causó la infección masiva fue un estreptococo A. La muerte, entonces, fue a causa de una sepsis estreptocócica.

Sanidad ha considerado oportuno activar un protocolo de prevención de casos secundarios de esta enfermedad a los contactos directos del niño: familiares directos, compañeros del colegio y profesores, probablemente por si existiera algún caso más de varicela que pudiera complicarse de la misma manera.

El estreptococo A es relativamente frecuente en nuestro medio, siendo una bacteria que se encuentra a menudo en la garganta sin producir ninguna enfermedad, que a veces se activa y produce la conocida escarlatina, una infección de garganta leve que se trata con antibióticos sin mayores repercusiones.

¿Y por qué en el niño la cosa fue a más?

Pues porque se produjo una doble infección. La varicela por sí sola es una enfermedad habitualmente leve, la infección por estreptococo A, también. Pero la bacteria infectó al niño en un momento en que su sistema inmunitario estaba debilitado a causa de la varicela y aprovechó para provocar una infección que el niño no pudo soportar. Cuando llegó a urgencias ya no había nada que hacer.

¿Estaba vacunado de la varicela?

Y aquí llega la gran pregunta. Si el menor estaba o no vacunado de la vacuna de la varicela. No lo sabemos. Este dato no ha trascendido. Si estaba vacunado es una clara muestra de que se necesita una vacunación no selectiva, sino universal, para controlar el virus y que prácticamente desaparezca, de modo que no pueda infectar incluso a niños vacunados.

Debemos recordar que la varicela es una enfermedad leve que normalmente cursa con pocas complicaciones, pero que a veces se complica. Es más peligrosa en algunas poblaciones de riesgo, como los pacientes inmunodeprimidos y con neumopatías o enfermedades cutáneas crónicas, las embarazadas (por su afectación embrionaria y fetal), los niños durante el primer año de vida (especialmente en el período neonatal), los adolescentes y los adultos.

Por eso en muchos países se está vacunando a todos los niños a partir de los 12 meses, no solo para protegerles a ellos, que también, sino sobre todo porque son los que más habitualmente se contagian y pueden contagiar a estas poblaciones de mayor riesgo que acabamos de comentar.

Si no estaba vacunado, que es lo más probable, entonces será uno más de los miles de niños que durante unos años no pudieron vacunarse en España porque el gobierno hizo desaparecer la vacuna de las farmacias, dejando a los padres sin la opción de vacunar a sus hijos.

Que sí, que estamos hablando en todo momento de un caso de muy mala suerte: dos infecciones leves que juntas fueron mortales; pero si el niño hubiera estado correctamente vacunado, o lo hubieran estado también el resto de niños, la sola infección por estreptococo A habría podido ser controlada como se suele hacer habitualmente, con antibióticos.

¿Que por qué lo sabemos? Porque los vecinos de Navarra (comunidad autónoma colindante con el País Vasco) consideró que lo mejor para su población era vacunar de la varicela a todos los niños desde el 2007. Un estudio realizado allí, publicado en el 2012, demostró que la vacunación con 2 dosis a los niños a los 15 meses y 3 años redujo la prevalencia de varicela en niños de 0 a 14 años en un 98,1%, pasando de 50,1 casos por cada 1.000 habitantes en 2006, a 1,0 por 1.000 en 2012.

Al controlar el virus en la edad infantil no solo se disminuyó el riesgo de que los niños vacunados cogieran la enfermedad, sino que indirectamente consiguieron reducir el riesgo de sufrir la enfermedad a la población no vacunada (menores de un año y mayores), como podemos ver en la siguiente tabla:

Así que una vez más hay que valorar la necesidad de vacunar a todos los niños de varicela (cosa que se ha empezado a hacer este año en España), a ninguno, o a aquellos cuyos padres lo prefieran. Si me preguntáis, siempre ha sido una de esas vacunas que me han preocupado poco, pero que sí he recomendado cuando la mamá está embarazada y el mayor no ha cogido la varicela, por evitar que justamente se infecte cuando nazca el recién nacido, que sería muy mala suerte, pero sucede: varicela del mayor, contagia al bebé y corriendo a urgencias.

Vamos, que este fue el motivo de que vacunáramos a los nuestros. Al mayor cuando iba a nacer el mediano, al mediano cuando iba a nacer el pequeño y al pequeño lo vacunamos porque habíamos vacunado a los mayores.

Por cierto, aprovecho para sumarme a las condolencias por el terrible suceso.

Vía | Noticias de Gipuzkoa
Fotos | iStock
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