Desde que al niño le sale el primer diente, hay que limpiárselo. Y cuando ya han salido todos los dientes, es importante mantener un hábito de limpieza diario varias veces al día. Pero con niños pequeños no es tan fácil, pues algunos no quieren lavarse los dientes y el momento cepillado se convierte en una lucha cuerpo a cuerpo.
Hasta aproximadamente los seis años, cuando adquieren destreza motriz y ya pueden limpiarse solitos -siempre bajo supervisión-, es importante que los padres les ayudemos a hacer el cepillado. E incluso, aunque suene a ciencia ficción cuando a duras penas se dejan cepillar, que les pasemos el hilo dental.
La limpieza bucodental ha de ser al menos dos veces al día, preferiblemente tres (después las comidas más fuertes: desayuno, comida y cena) y haciendo especial hincapié en el cepillado antes de acostarse a dormir por la noche, ya que pasan muchas horas durmiendo y en la boca pueden proliferar bacterias y favorecer la caries.
Cómo limpiarles los dientes
La técnica del cepillado es sencilla para los padres, que se han de colocar de manera que vean bien la boca del niño y que la posición de su cabeza sea estable y cómoda:
- Se recomienda limpiar las superficies dentales laterales de molares y premolares (linguales y vestibulares) con movimientos circulares.
- Las superficies masticatorias se limpian mejor con movimientos antero-posteriores.
- Los dientes incisivos se limpian siguiendo su eje, sin forzar la encía y sin desplazamientos horizontales, tanto en la cara exterior como en la interior.
- Se debe limpiar al final, con suavidad, la lengua.
- Por último, hay que enjuagarse un par de veces para eliminar restos de comida y de pasta de dientes.
Cómo conseguir que se cepillen los dientes
Ya sabemos que es muy importante y cómo hacerlo, pero, ¿qué podemos hacer si el niño no se deja? Hay algunas estrategias que podemos utilizar para que se dejen y vayan adquiriendo el hábito para cuando puedan hacerlo solitos.
- Haz que participe. Podemos empezar nosotros el cepillado, dejar que continúen ellos y finalmente hacer un "repaso" para terminar de cepillarles los dientes nosotros.
- Que se mire en el espejo. Uno de los errores más habituales es colocar al niño de espaldas al espejo. Si colocas al niño frente al espejo para que pueda verse, le resultará más divertido. Incluso tú puedes coger su propia mano y enseñarle dónde y cómo debe limpiarse.
- Utiliza los cuentos. Cuéntale cuentos o cómprale libros sobre el tema como ¿Los cocodrilos se cepillan los dientes? con juegos y actividades, No quiero… lavarme los dientes o Cómo enseñar a tu cocodrilo a lavarse los dientes. A través de los personajes asimilarán mejor la importancia del cepillado.
- Utiliza la imaginación. Es muy importante que el niño coopere abriendo bien la boca para hacer un buen cepillado. Juega a que es un león o un cocodrilo, que abren la boca muy muy grande.
- Inventa juegos. Podéis jugar a contar los dientes o a ponerles nombre con la intención de tener un buen tiempo para realizar un cepillado completo y limpiar todas las caras de los dientes.
- Podéis crear una tabla de objetivos. Con ayuda de una pizarra crea un tabla que podéis pegar en el nevera con los cepillados diarios par que el niño vaya marcándolos. Al final de la semana, podéis darle una recompensa, (pero ojo, que no sean golosinas).
Es importante que les ayudemos a limpiar sus dientes y que conozcan una buena higiene bucodental de base, estableciendo hábitos tempranos para continuar con una boca más sana el resto de su vida.
En Bebés y más | ¿Ya se lavan los dientes solitos? Pues deberíamos ayudarles los padres