El tratamiento consiste en la administración del fármaco cada dos o tres meses para evitar que los bebés contraigan la infección. La ventaja de este tratamiento es que se administra un fármaco muy económico (20 céntimos de euro el tratamiento) y además es muy bien tolerado, por lo que se puede aplicar como prevención.
Para la obtención de estos gratos resultados, estudiaron a más de 1.500 bebés mozambiqueños a los que les administraron el tratamiento antipalúdico o un placebo cuando los bebés acudían al centro para recibir las vacunas rutinarias, a los tres, cuatro y nueve meses de edad. Tras el seguimiento de los bebés a los que se les aplicó el tratamiento, comprobaron que los casos de malaria se redujeron en un 22% y los ingresos hospitalarios por otras causas también disminuyeron en un 19%, por lo que piensan que puede ser útil además para la prevención de otras enfermedades infecciosas.
En unos meses finalizarán los estudios realizados por otros miembros del consorcio internacional que se creó para evaluar los tratamientos intermitentes preventivos infantiles, entre los que se encuentran nueve países africanos, cinco europeos, EEUU, Australia y Papúa Nueva Guinea.
En septiembre la OMS se reunirá para analizar todos los ensayos del consorcio y tomará la decisión sobre la recomendación del tratamiento. Si es aprobado, podrá ser aplicado en menos de un año, pero mientras tanto se están realizando estudios de estrategia para las mujeres embarazadas.
Vía | El Mundo Salud