"Si no cuidas tu visión ahora, puede que tu futuro no sea vea del todo claro". Este es el lema de la campaña puesta en marcha por el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía (COOOA), dirigida especialmente a informar y concienciar a los adolescentes sobre la importancia de cuidar su salud visual.
Y es que la adolescencia es una etapa de la vida especialmente vulnerable para la salud ocular, ya que pueden darse ciertos factores que ponen en riesgo la visión o agravan problemas ya existentes.
Te explicamos cuáles son los principales problemas de visión en la adolescencia y qué consejos ofrecen los expertos del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía para cuidar la vista de nuestros hijos adolescentes.
Por qué la adolescencia es una etapa vulnerable para la salud visual
Las ametropías (miopía, hipermetropía y astigmatismo), así como disfunciones de la acomodación o la binocularidad son las principales alteraciones visuales presentes en la adolescencia.
Según los expertos, en concreto la miopía es un problema común de la visión que comienza habitualmente entre los seis y los 14 años, afectando aproximadamente al 9% de los niños en edad escolar y al 30% de los adolescentes.
Este problema visual, que en los últimos años ha experimentando un notable crecimiento, se debe tanto a componentes genéticos como a factores ambientes, siendo especialmente importante el uso excesivo de las pantallas digitales en tareas cercanas, la reducción de horas realizando actividades al aire libre, y la falta de controles visuales periódicos.
“A nivel visual, son las etapas de la adolescencia temprana y media, aproximadamente entre los 10 y 17 años, las que más importancia tienen debido a que las estructuras oculares siguen en proceso de desarrollo y las actividades visuales, tanto a nivel educativo en las escuelas como de ocio en visión cercana, aumentan exponencialmente requiriendo mayor demanda y un estado óptimo de la visión” - explica la experta Blanca Fernández, presidenta del COOOA.
Por eso, es fundamental que al detectar cualquier síntoma indeseado que pudiera estar ligado al sistema visual (disminución de la visión lejana, molestias oculares, cansancio en los ojos, dolor de cabeza, visión borrosa al realizar actividades visuales a corta distancia...) se consulte con el especialista, con el fin de identificar cualquier problema y adoptar las medidas necesarias.
Consejos para cuidar la salud visual de los adolescentes
Regla del 20-20-20
Al estudiar o usar dispositivos digitales es importante aplicar la regla del “20-20-20” para evitar el cansancio visual. Esta consiste en realizar pausas de 20 segundos cada 20 minutos mirando a una distancia de 20 pies o 6 metros.
En cualquier caso, si tu hijo pasa muchas horas diarias realizando actividades visuales a corta distancia, es recomendable consultar por los productos ópticos concretos para adolescentes que permiten reducir la fatiga visual y mejorar el enfoque.
Cómo usar las pantallas
Tanto si el adolescente utiliza las pantallas para estudiar como si lo hace por ocio, es fundamental que la iluminación de la estancia no sea excesiva, no incida directamente sobre los ojos ni se generen reflejos en la pantalla.
La distancia de visualización también es un aspecto que debe controlarse. Así, para ordenadores de sobremesa debe haber entre 60 y 70 cm de distancia entre ojos y pantalla; para portátiles, entre 50 y 60 cm; y para tablets o móviles, entre 35 y 45 cm.
Mucha precaución con las gafas de sol
Para proteger los ojos de la radiación UV es necesario utilizar gafas de sol homologadas adquiridas en establecimientos de óptica. Es importante inculcar a los adolescentes que las gafas adquiridas en mercadillos, bazares o canales online sin garantía de calidad podrían perjudicar su visión.
Los lentes de las gafas de sol deben tener buena calidad visual, marcado CE, ser resistentes, ópticamente neutras, no provocar distorsiones y no afectar a la visión de los colores.
Si el adolescente utiliza gafas o lentillas
Si tu hijo adolescente usa gafas, es recomendable que lleven tratamientos como el antirreflejante premium o el bloqueo de luz azul, que harán más confortable la visión.
Si usa lentillas, no debería utilizarlas más días de los indicados por el fabricante para evitar graves daños oculares, y acudir a revisiones semestrales para chequear las estructuras oculares.
Alimentación adecuada
Mantener una alimentación saludable y equilibrada en todas las etapas de la vida también favorece también nuestra salud visual, minimizando los riesgos de aparición de ojo seco, fotofobia, cataratas, glaucoma y retinopatías.
El organismo debe recibir a diario vitaminas, minerales y nutrientes.
Asegura que la dieta de tu hijo incluya a diario frutas y verduras, además de potenciar la ingesta de legumbres, cereales integrales y aceite de olvida de forma moderada.
Alimentos como el aguacate, los huevos, los pescados azules o los frutos secos que aporten ácidos grasos Omega 3 son especialmente beneficiosos para la salud visual. Por el contrario, es necesario evitar alimentos con grasas saturadas y bebidas azucaradas, así como limitar la ingesta de sal.
Los daños en la visión producidos por el alcohol, el tabaco y las drogas
Los expertos alertan de que entre otros efectos dañinos para la salud, la ingesta de alcohol empeora la visión nocturna, reduciendo la calidad óptica de las imágenes al deteriorar la lágrima que recubre la superficie del ojo.
Al largo plazo, un consumo habitual de alcohol podría provocar daños en el nervio óptico, con una pérdida de la visión central progresiva e irrecuperable.
Por su parte, el tabaco puede agudizar los casos de cataratas y la degeneración retiniana macular, además de acelerar el envejecimiento celular y la sequedad ocular.
En cuanto a las drogas, el consumo de cannabis provoca alteración del flujo sanguíneo y el calibre vascular de la retina, además de hiperemia conjuntival, ojo seco, midriasis y fotofobia. La cocaína aumenta los casos de isquemia macular, con la consecuente pérdida de la agudeza visual e incluso desprendimientos de retina.
La importancia de revisar la vista en la adolescencia
Por lo general, mientras nuestros hijos son pequeños los padres estamos bastante concienciados con la importancia de revisar su vista periódicamente. También en los programas del niño sano se incluye una revisión visual cada cierto tiempo.
Pero los expertos alertan de que al llegar a la adolescencia, cinco de cada 10 chicos y chicas deja de revisar su vista de forma periódica. De hecho, el 10% de los adolescentes nunca se ha revisado la visión, el 22% lo hace tan solo una vez cada dos años, y el 16% una vez cada tres años o más.
“Las revisiones visuales con el óptico-optometrista son fundamentales para detectar e identificar problemas refractivos que pueden derivar a medio y largo plazo en problemas más graves” - afirma Blanca Fernández, presidenta del COOOA.
Por ello, en su campaña de información y prevención, el COOOA ha puesto el foco en la labor del óptico-optometrista como profesional sanitario encargado de garantizar la óptima salud visual en estas edades. De ahí la importancia de aumentar la frecuencia con que se acude a las revisiones visuales.