Tras meses de discrepancias políticas, por fin ha entrado en vigor en Italia la llamada "Ley Lorenzin", que impone la vacunación obligatoria en niños de cero a seis años para acceder a guarderías y colegios, y multas a los padres de niños mayores que no vacunen.
La medida, propuesta en mayo de 2017 por la ex-ministra de salud italiana, Beatrice Lorenzin, debería haber entrado en vigor el curso pasado, pero se ha retrasado debido a desacuerdos en el actual Gobierno.
Sin vacunas no hay colegio para los niños, y los padres se enfrentarán a multas
Desde hace dos días en Italia, para poder asistir a las guarderías y los colegios, los niños de cero a seis años deben tener puestas las vacunas contra la poliomielitis, difteria, tétanos, hepatitis B, tosferina, Haemophilus influenzae tipo b, sarampión, rubeola, parotiditis y varicela.
Los centros escolares están obligados a verificar el estado vacunal de los menores, de manera que aquellos niños que no estén vacunados sin causa médica que lo acredite, no podrán seguir asistiendo a la guardería o al colegio.
Los niños de seis a 16 años no podrán ser rechazados en los colegios por no estar vacunados, pero sus padres se enfrentan a multas de hasta 500 euros.
Una Ley que ha suscitado un gran debate político
Como decíamos al inicio, la "Ley Lorenzin" (llamada así por la ministra de salud que la promovió) fue redactada por el anterior gobierno del Partido Demócrata y aprobada el 19 de mayo de 2017 mediante un decreto-ley de medidas urgentes.
El motivo principal por el cual se decidió entonces llevar a cabo la medida, fue el importante brote de sarampión sufrido en Italia como consecuencia del movimiento antivacunas, y que también ha afectado a otros países europeos.
Estaba previsto que la ley entrara en vigor para el curso académico 2017-2018, pero cuando el actual gobierno de coalición, formado por la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas, llegó al poder, decidió retrasarla ante la falta de consenso político.
Dentro del Gobierno italiano han surgido muchas discrepancias con respecto a esta Ley, y el vicepresidente y líder de la Liga, Matteo Salvini, pidió a la ministra de sanidad, Giulia Grillo, una prórroga que permitiera ampliar aún más los plazos, para que los niños no vacunados de entre cero y seis años no fueran excluídos de las escuelas a mitad del curso.
De este modo, desde el pasado lunes 11 de marzo, todas las familias con niños de cero a seis años matriculados en guarderías y colegios han debido presentar las cartillas de vacunación de sus hijos en sus respectivos centros escolares.
Según los medios italianos, las autoridades regionales están manejando esta situación de diferentes maneras. En ciudades como Bolonia se ha avisado a los padres mediante carta de las consecuencias de no vacunar a sus hijos, mientras que en otros sitios se ha otorgado un periodo de gracia de pocos días para que las familias pongan al día el estado vacunal de los niños.
La importancia de elevar la tasa vacunal
La tasa de vacunación en Italia está por debajo de lo que recomienda la OMS, por lo que se espera que esta Ley ayude a elevar el porcentaje.
De hecho, desde que se anunciara la medida en 2017 hasta su entrada en vigor el pasado lunes, las autoridades sanitarias del país afirman que la tasa vacunal entre los niños nacidos en 2015 ya ronda el 95 por ciento.
Para que se active la inmunidad de grupo, la OMS considera necesaria una tasa de vacunación del 95 por ciento como mínimo. De este modo se evitaría la propagación de ciertas enfermedades, por lo que los bebés o personas que por causas médicas no puedan vacunarse, estarían protegidas por la "inmunidad del rebaño".
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