Las investigadoras Victoria Bourne y Brenda Todd atribuyen esta costumbre a un sofisticado proceso en el que están implicados los hemisferios cerebrales de la madre y el bebé.
Si un bebé es acunado por el lado izquierdo de su madre, las reacciones como el llanto, el bostezo, la risa, etc., van directamente al hemisferio cerebral derecho de la madre y es aquí donde precisamente se reconocen los gestos emocionales y las expresiones faciales. Como consecuencia la madre tiene un acceso más rápido e intuitivo con las necesidades de su bebé Incluso el lenguaje está en la parte derecha del cerebro, ésta controla la entonación y la afectividad de las palabras. El resultado es que, cuando la madre habla a su hijo mientras está acunado sobre el lado izquierdo, al llegar la voz de la madre a su oído izquierdo y por tanto a su hemisferio derecho del cerebro (el más especializado en los aspectos afectivos del sonido), se crea un vínculo afectivo mucho mayor y para el bebé, la voz de la madre es como un instrumento musical que le relaja y gratifica.
Las nanas, no suenan igual para el bebé desde el lado derecho de la mamá. Son teorías pero están avaladas por varios científicos, en todo caso, si es verdad, es gratificante pensar que las madres lo hacen por instinto.
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