Cinco formas de validar las emociones de tu hijo y por qué esto es positivo para su desarrollo

A veces los niños expresan las emociones de forma descontrolada y recurrimos a frases como "no te pongas así" o similares. Sin embargo, sin darnos cuenta, esta es una forma de invalidar sus emociones, algo que debemos evitar.

Podemos y debemos corregir la conducta, así como buscar alternativas para que la expresión de una emoción sea más adecuada, pero jamás invalidar una emoción. Y es que, las emociones son una guía interna que nos permite saber qué necesitamos a cada momento, y todas tienen su función, también las emociones desagradables.

En este artículo hablamos de cómo validar las emociones de nuestros hijos, una herramienta que forma parte de la inteligencia emocional, y por qué es importante hacerlo.

Validación emocional: qué es y por qué es importante

La validación emocional es una respuesta empática y comprensiva hacia las emociones y sentimientos de otra persona. Implica reconocer y aceptar los sentimientos propios o del otro como válidos, sin juzgarlos, minimizarlos o ignorarlos.

Cuando validamos emociones, estamos mostrando empatía al ponernos en su lugar, tratando de comprender cómo se siente. Y ojo, porque no hace falta saber exactamente qué está sintiendo la otra persona, o pensar igual que ella, para poder validar su emoción.

Validar las emociones implica reconocerlas como válidas, sin juzgarlas ni minimizarlas, y es el primer paso para una buena regulación emocional.

Es decir, la validación emocional no implica necesariamente estar de acuerdo con las acciones o decisiones del otro, sino más bien respetar y aceptar sus emociones como una parte legítima de su experiencia.

Validamos las emociones de los niños a través de nuestro lenguaje verbal, con frases como "entiendo que estés triste", pero también con el lenguaje no verbal (a través de un abrazo, de dar la mano, de estar presentes, etc.). Al ofrecer esta aceptación incondicional a los niños, se crea un espacio seguro y de confianza en el que pueden sentirse comprendidos y expresar sus sentimientos abiertamente.

Cinco formas de validar las emociones de tu hijo

Como hemos visto, la validación emocional es una herramienta poderosa que además nos permite mejorar el vínculo con nuestros hijos y que les ayuda a entender sus emociones como una fuente de aprendizaje. Pero, ¿Cómo podemos validar sus emociones? Te damos algunas ideas:

1. Aprende a gestionar tus propias emociones

Para poder validar las emociones de tu hijo, lo primordial es que aprendas a identificar (y gestionar) tus propias emociones cuando él exprese una emoción. Por ejemplo, si ves a tu hijo llorar, es probable que esta conducta te despierte tristeza, o enfado si es por una rabieta (lo que sea que sientes). Debes poder identificar qué sientes tú para poder regularte y desde ahí, validar su emoción.

2. Reconoce qué emoción está sintiendo

El siguiente paso es identificar qué emoción está sintiendo tu hijo, para poder validar dicha emoción. ¿Tal vez tristeza? ¿Rabia? Es fácil reconocer las emociones de los demás, por la expresión facial y corporal, pero, en cualquier caso, siempre puedes preguntarle. ¿Cómo te sientes? Al averiguar cómo se siente, es más fácil seleccionar las mejores palabras o el acompañamiento más adecuado para validarlo.

3. Acompáñalo a través del lenguaje verbal y no verbal

Para validar las emociones de los niños, podemos usar frases como: "entiendo que esto te ponga triste", "puedo ver que estás enfadado", "entiendo que estés así", "noto que esto es importante para ti", "es completamente comprensible que te sientas triste en esta situación"... Se trata de reconocer esa emoción y de darle espacio para ser (algo que el niño necesita para transitarla, es decir, procesarla).

4. Nunca minimices o ignores sus emociones

Recuerda que validar es reconocer, justamente lo contrario de minimizar o ignorar. Invalidamos las emociones de nuestros hijos cuando usamos frases como: "no exageres", "no te pongas así", "no hay para tanto", "deja de llorar", "esto no es importante", "no tienes motivos para ponerte así", etc. Por eso, evita este tipo de acciones, ya que solo generarán en tu hijo un sentimiento de incomprensión y soledad.

5. Ayúdale a comprender qué siente

Que tu hijo comprenda sus emociones le ayudará a etiquetarlas, y viceversa, y esto es muy bueno para su adecuada gestión emocional. Además, si aprende a hacerlo, le será más fácil también validar sus propias emociones.

Por ejemplo, si no sabe muy bien cómo se siente, podemos recurrir a juegos de emociones, libros y cuentos, películas, emoticonos u otras estrategias para que identifique su emoción. Una vez sepa cómo se siente, es más fácil que se lo valide a sí mismo, pero puedes recordarle siempre que tiene derecho a sentirse así.

Foto | Portada (Freepik)


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